La eliminación de la aplicación móvil Emach, tras descubrirse un fraude masivo en el registro de horarios, ha tenido un fuerte impacto en cientos de funcionarios del Hospital Regional de Concepción que utilizaban la herramienta de forma honesta. Pese a no haber cometido ninguna irregularidad, ahora enfrentan complicaciones cotidianas para marcar su jornada laboral mediante […]
La eliminación de la aplicación móvil Emach, tras descubrirse un fraude masivo en el registro de horarios, ha tenido un fuerte impacto en cientos de funcionarios del Hospital Regional de Concepción que utilizaban la herramienta de forma honesta. Pese a no haber cometido ninguna irregularidad, ahora enfrentan complicaciones cotidianas para marcar su jornada laboral mediante el sistema biométrico de huella digital, reinstaurado por la dirección del recinto como medida de control.
Funcionarios que prefirieron mantener reserva de su identidad explicaron a SABES que el nuevo método de asistencia es lento y, en ocasiones, ineficiente. Aquello suele generar largas filas para marcar ingreso y salida. Muchos trabajadores temen que esta demora pueda traducirse en descuentos injustificados o llamados de atención, pese a su puntualidad. Al explicar la problemática, coincidieron con el popular dicho "pagan justos por pecadores".
“Somos cerca de 3.000 trabajadores marcando al unísono”, explicó Adolfo Bécar, presidente de FENATS en el Hospital Regional de Concepción, agregando que “claramente, tenemos un déficit de relojes para poder marcar”.
El uso de la aplicación permitía un registro ágil desde el teléfono móvil, dentro del perímetro del hospital. Sin embargo, como detalló Bécar, “el mal uso de unos pocos hizo que la autoridad tuviera que tomar la determinación de terminar con esta aplicación”. Para muchos trabajadores, esta decisión ha significado un retroceso logístico injusto. “Es lamentable que se pierda un beneficio que era esta aplicación, pero al haber mal uso, se determinó que es preferible que los trabajadores marquen en los relojes biométricos”, sostuvo el dirigente sindical.
Funcionarias que conversaron con SABES expresaron que "a muchas, el marcarse con el dedo no siempre les funciona a la primera”. Temen que dichos retrasos puedan afectar tanto a sus remuneraciones como a los servicios que brindan a los pacientes que acuden al hospital.
El fin de la aplicación generó un ambiente de frustración entre quienes cumplen con su labor con responsabilidad. “La gran mayoría de los trabajadores de salud son trabajadores intachables […] y se ven perjudicados por este tipo de medidas”, enfatizó Bécar. El dirigente lamentó que se estigmatice a un gremio que busca, constantemente, demostrar su compromiso y vocación.
Actualmente, la institución se encuentra en una etapa de “marcha blanca” para evaluar el funcionamiento exclusivo del sistema biométrico. Bécar indicó que, de persistir los problemas, se solicitará la instalación de más relojes para mejorar el flujo de marcaje. “Vamos a esperar cómo será esta marcha blanca para ver si […] hay otra solución de la institución”, concluyó.
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