Si bien las plantas decoran cualquier espacio, tanto del exterior como del interior, según el Feng Shui estas pueden alterar la energía de los lugares, atrayendo tanto la buena suerte como la mala.

Esta práctica milenaria proveniente de China consiste en la armonización de espacios a través del flujo de la energía. Según el Feng Shui, este flujo enérgico puede variar según los colores que usamos, el orden de los muebles, la distribución de objetos y las plantas que pueden reforzar o bloquear la vitalidad enérgica.

Asimismo, hay estudios que respaldan los efectos positivos que provocan las plantas en interior, pero cómo y dónde ubicarlas puede ser clave para atraer la energía que necesitas en tu vida.

El Feng Shui

Esta disciplina se sustenta en varios conceptos esenciales, entre ellos la energía del Chi, una fuerza invisible que conecta a las personas con su entorno mediante la circulación energética.

La ubicación de los objetos es crucial para favorecer el flujo de esta energía. Dependiendo del lugar donde se sitúen, pueden atraerla o bloquearla. Por ejemplo, colocar una planta en el sector norte del hogar puede activar el área relacionada con el trabajo y la carrera profesional.

La limpieza y el orden también son fundamentales, ya que la acumulación o el desorden pueden obstruir la circulación del Chi.

Los colores presentes en un ambiente influyen directamente en el estado emocional y en la energía que se desea potenciar. Los tonos oscuros, por ejemplo, pueden tener un impacto negativo en el estado de ánimo diario.

Por otro lado, los cinco elementos del Feng Shui (agua, fuego, tierra, metal y madera), cuando se integran de manera equilibrada, contribuyen a armonizar los espacios.

¿Cuál es la planta que atrae la mala suerte y la soledad?

Según el Feng Shui, la hortensia no es recomendable dentro del hogar, ya que se le atribuyen asociaciones energéticas poco favorables. Se considera que esta planta puede propiciar la desconexión entre las personas, así como emociones y sensaciones densas.

Desde esta perspectiva, la hortensia se vincula con el aislamiento, la tristeza y el fracaso. No obstante, esto no impide que pueda cultivarse en exteriores, como jardines, sin mayores inconvenientes.

Tanto una planta viva como sus flores en un macetero podrían alterar la energía del espacio, atrayendo flujos considerados negativos para el bienestar.

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