La práctica de matrimonio amistoso, conocida como tomodachi kekkon o yujo kekkon, se ha vuelto común en Japón y su principal característica es la ausencia de relaciones sexuales, entre los jóvenes, pasando a una relación más bien de amigos que amorosa.
Esta particular alianza que consiste en casarte con un amigo o amiga va tomando fuerza en el país asiático y conforma un 1% de los matrimonios japoneses, convirtiéndose en una buena opción para aquellas personas que buscan gozar de los beneficios de un matrimonio sin los compromisos amorosos que regularmente se esperan de una pareja.
Entre las razones que impulsan a las personas a optar por un matrimonio amistoso en Japón, destaca el cansancio que implica participar del mundo de las citas convencionales, especialmente en relaciones heterosexuales, donde las expectativas románticas y sexuales pueden resultar agotadoras.
Muchas personas anhelan vínculos estables que ofrezcan compañía y compromiso sin la presión de mantener una relación sexual. Este tipo de alianza les permite construir una vida compartida basada en el respeto, la convivencia y objetivos comunes, sin que el amor romántico o el deseo físico sean condiciones necesarias.
La falta de reconocimiento legal del matrimonio igualitario, así como los obstáculos para formar una familia dentro de una pareja del mismo sexo, son factores que desalientan el modelo tradicional, lo cual también es una alarma en relación a la baja tasa natalidad del país.
A grandes rasgos, el boom del matrimonio amistoso en Japón permite disfrutar de la compañía, el apoyo y las ventajas económicas de una relación a largo plazo sin necesidad de una conexión sexual con su pareja.
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Antonia Reyes