Carolina Parada, secretaria ejecutiva del Plan de Fortalecimiento Industrial Biobío, enfrentó la semana más difícil desde que está en el cargo, y con SABES habla sobre los avances del programa de reactivación de industrias en el Gran Concepción.
Detalló cómo se ha ejecutado el plan en la región, destacando la implementación de 32 medidas con participación pública y social. Casos como el apoyo a ex contratistas de Huachipato y las inversiones en infraestructura energética marcan los avances.
Además, aborda temas clave como la evaluación de los proyectos, el respeto ambiental en iniciativas como el de tierras raras en Penco, y los desafíos de compatibilizar urgencias con objetivos de largo plazo.
Hay 32 medidas que fueron levantadas desde la región, cada una de ellas tiene a cargo una institución pública y la sociedad civil participa en mesas de trabajo. Por ejemplo, los ejes 1 y 2 asociados al apoyo a los trabajadores y excontratistas de Huachipato están a cargo de Corfo y SENCE con una inversión total a la fecha de 4.500 millones de pesos en asistencias técnicas, becas laborales, subsidios y financiamiento directo de hasta 35 millones de pesos para 59 empresas.
Uno de esos programas es el Fortalece Pyme de Corfo, donde se entrega asesoría personalizada a los ex contratistas, vinculándolos también con el entorno. Con apoyo de toda la gobernanza del Plan, llevamos 75 reuniones con potenciales nuevos socios comerciales y 50 procesos de asistencia técnica para robustecer sus capacidades empresariales y de gestión. Ese es un ejemplo de 32 medidas.
Hay varios avances concretos en áreas estratégicas. Se firmaron nuevos contratos de importación de gas con Neuquén, aumentando en 40% los permisos, y ya comenzó la exportación a través del Gasoducto del Pacífico, reduciendo costos a la industria.
Se agilizan 60 proyectos de inversión privada por más de US$12 mil millones junto a la Oficina de Grandes Proyectos. Además, estamos concluyendo un diagnóstico regional para mejorar los procesos de permisos que fue solicitado por el Gobernador Regional. También avanza el Fogaes regional, con subsidios a tasas hipotecarias y garantías para empresas de todos los tamaños, que tendrá un impacto muy positivo en el sector de la construcción y podríamos tener novedades este lunes en la Cámara.
Y respecto a los compromisos de Corfo, recientemente se abrió la convocatoria para uno de los tres centros tecnológicos con una inversión superior a US$30 millones, apuntando al desarrollo industrial local. No es una promesa en un PowerPoint. Son avances que están ocurriendo.
Si la industria se fortalece, se generan encadenamientos productivos virtuosos. Cuando un proyecto de inversión se aprueba, eso implica trabajo a cientos de personas. Las empresas saben que no hay proyecto exitoso si no tiene valor agregado a las comunidades.
Tenemos un cuadro de mando para el seguimiento de las medidas que ha sido socializado en el Foro Estratégico.
El 44% de las medidas están en diseño porque es importante recordar que en este Plan conviven la urgencia con desafíos de mediano y largo plazo. Otro 44% de las medidas se están ejecutando y un 12% de las medidas se encuentran finalizadas. Esos porcentajes quizás no digan mucho, pero si producto de, por ejemplo, mayor disponibilidad de gas natural en la región podemos tener aire más limpio y mejores precios para las industrias y el consumo domiciliario, eso es un logro palpable.
Los proyectos de desarrollo tienen que resguardar el respeto medioambiental y no tiene por qué haber controversia entre ambas variables.
Las tierras raras son una oportunidad para diversificar la matriz productiva de la región, atraer inversión y posicionar al Biobío en un sector estratégico a nivel global, como lo son los minerales críticos para la transición energética y tecnológica. Pero, al igual que cualquier proyecto de inversión, tiene que seguir el curso dictaminado por la institucionalidad ambiental, que es lo que manda.
Mi expectativa es que podemos disminuir la brecha entre lo que somos hoy y lo que podemos llegar a ser. Eso implica administrar la tensión permanente entre lo urgente y el desarrollo de largo plazo. Una doble tarea compleja porque requiere la coordinación entre múltiples actores y eso conlleva tensiones naturales como las que hemos vivido estos días. Nadie dijo que era fácil, pero la tensión no es un obstáculo, sino parte inherente de cualquier proceso de desarrollo.
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Agencia EFE