Es probable que en todas las cocinas nacionales esté presente el tostador chileno, un objeto simple que genera un profundo sentido de pertenencia y se vio desafiado al recibir el nombre "parrilla para arepas".

En la plataforma X se difundió, primero, una publicación de Mercado Libre que lo vendía para las masas colombianas y/o venezolanas. Sin duda para llegar al público migrante.

Además, pronto surgieron críticas hacia la marca Ilko por incluir en la descripción del artefacto "arepas, tortillas y pan". "Por eso nunca me gustó Ilko", "la funa debe ser peor que con el señor mañas (Adam Levine)", incluso Eduardo Fuentes se sumó, escribiendo "no se metan con el tostador, me oyeron?!!".

Mercado Libre le señaló a Las Últimas Noticias que "quienes deciden los nombres del producto son los vendedores". Desde entonces, la tienda Castillo Spa bajó la publicación.

En el mismo medio, el arquitecto y Premio Nacional de Diseño, Oscar Ríos, destacó al tostador por "su honestidad tremenda, con un mango abatible, se guarda en cualquier parte, es funcional, modesto y tremendamente eficiente. Es de esos objetos que, sin querer, se transforman en una pequeña obra de arte cotidiana". Para los chilenos fuera del país, es un objeto preciado que les recuerda al hogar.

Por su lado Ilko no se ha manifestado por la "parrilla para arepas".

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