Vehículo no fue encontrado: Joven de 17 años muere tras ser baleado mientras se desplazaba en una motocicleta en Melipilla
Fotografía: BBC SofiaQuaglia

Vehículo no fue encontrado: Joven de 17 años muere tras ser baleado mientras se desplazaba en una motocicleta en Melipilla


Por Natalya Vidal | 17 Marzo 2025 17:36
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El desierto de Atacama, en Chile, es uno de los lugares más secos del planeta. A pesar de su aridez, en su costa crecen miles de cactus Copiapoa, un grupo de más de 30 especies exclusivas del país. Estas plantas absorben la niebla camanchaca para sobrevivir y son muy codiciadas por coleccionistas.

El robo de estos cactus fue el centro de un juicio histórico que podría cambiar la forma en que se combaten los crímenes contra la biodiversidad. Andrea Piombetti, un reconocido comerciante de plantas en Italia, fue acusado de traficar ilegalmente Copiapoa extraídos de Chile.

En 2013, la aduana del aeropuerto de Milán Malpensa interceptó un envío sospechoso de 143 cactus con documentos falsificados dirigidos a la casa de Piombetti. Posteriores allanamientos revelaron cientos de ejemplares en su domicilio y en la vivienda de un amigo. Peritajes confirmaron que provenían del desierto de Atacama.

Red de tráfico de cactus chilenos en Italia

El caso fue desestimado por la prescripción del delito, pero en 2020 Piombetti fue investigado nuevamente. En su casa se hallaron más de 1.000 cactus, y su pasaporte reveló cinco viajes a Chile entre 2016 y 2019. La policía identificó a un cómplice, Mattia Crescentini, y a una red de 10 comerciantes y compradores, señaló BBC Mundo.

Las plantas robadas, vendidas a través de subastas en línea, alcanzaron un valor de más de 1 millón de pesos chilenos. Entre los clientes, un comprador japonés le enviaba a Piombetti 2 millones 300 mil pesos mensuales. El caso, llamado Operación Atacama, derivó en un nuevo juicio en Italia bajo la convención CITES.

Como resultado del proceso, 840 cactus fueron repatriados a Chile y ubicados en un invernadero administrado por Conaf. Sin embargo, algunas plantas podrían haber desaparecido, y no es posible reintroducirlas en su hábitat natural debido a la falta de registros precisos.

La caza furtiva no es la única amenaza para estos cactus. Caminantes del Desierto, un grupo de voluntarios en Antofagasta, advierte que el cambio climático, la expansión minera y la construcción de carreteras también ponen en riesgo su supervivencia.

La sentencia de Piombetti por tráfico de cactus

En septiembre de 2024, Piombetti volvió a Chile y fue arrestado al aterrizar en Santiago. Fue condenado a pagar 5 millones y se le prohibió ingresar al país por 10 años. En enero de 2025, un tribunal italiano lo sentenció a 18 meses de prisión y le cursó una multa de más de 26 millones de pesos chilenos; Crescentini por su parte recibió 12 meses de cárcel y una multa de 17 millones y medio.

El fallo también estableció un precedente al reconocer el daño a la naturaleza como parte del delito. La organización Associazione per la Biodiversità e la sua Conservazione (ABC) recibió 20 millones en reparaciones civiles para la conservación de los Copiapoa.

Expertos consideran que este juicio inaugura una nueva era en los litigios ambientales. "Estamos dando a las plantas un derecho a no ser destruidas", afirma Andrea Cattabriga, líder de ABC. Sin embargo, voluntarios en el desierto creen que las penas no bastan para frenar el saqueo.

A pesar de las adversidades, los Copiapoa siguen resistiendo. En una expedición reciente, voluntarios encontraron un ejemplar siendo polinizado por una hormiga roja. Un pequeño signo de esperanza en medio de un paisaje marcado por el saqueo y el cambio climático.


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