Adela Conte, viuda del doctor Carlos Grant: “Tengo la satisfacción de haber vivido con un hombre extraordinario”
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Adela Conte, viuda del doctor Carlos Grant: “Tengo la satisfacción de haber vivido con un hombre extraordinario”


Por Cristian Ascencio | 05 Febrero 2025 10:03
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Fanático de Deportes Concepción y del Club Concepción, el médico Carlos Grant tuvo la labor de coordinar la red de salud de la zona en medio de la pandemia, pero la misma acabó con su vida hace ya cuatro años y hoy su viuda recuerda cómo Grant a veces despertaba de sueños en que una multitud lo aplaudía. 

Adela Conte habla de Carlos Grant del Río en tiempo presente. Al lado de ella, sobre una chimenea, hay una gran foto del doctor y un amigurumi con su figura. Muchos penquistas deben recordar al médico tal como lo representa el amigurumi: pelo blanco, bata blanca y mascarilla blanca. Es que así aparecía en los puntos de prensa durante la pandemia. 

El 3 de marzo de 2020, hace casi 5 años atrás, mientras ejercía como director del Servicio de Salud Concepción, el doctor Grant fue el encargado de anunciar el primer caso de Covid 19 en Chile: un joven de 33 años que había llegado en un vuelo desde Singapur. El 18 de marzo el Presidente Piñera declaró estado de catástrofe. Grant desde ese momento se dedicó a coordinar la “primera línea” de la salud y el Hospital de Concepción incluso empezó a recibir pacientes de otras zonas de Chile. Ocho meses después el doctor Grant era hospitalizado por Covid. 

Íntima conversa con Adela Conte, viuda del doctor Carlos Grant

En enero de 2021, tres meses antes que la vacuna llegara a Chile, el médico falleció en el mismo hospital que le había tocado preparar para enfrentar la pandemia y que, además, lleva el nombre de su abuelo, Guillermo Grant Benavente.

“Me decía que ya faltaba poco para la vacuna, que había que esperarla”, dice su esposa, Adela Conte, Tita para sus cercanos. “Desgraciadamente fue tarde para él”, añade.

Adela Conte, viuda del doctor Carlos Grant, fallecido a causa del Covid 19 cuando era director del Servicio de Salud Concepción.

Adela Conte y Carlos Grant se conocieron en España, en la década del 80, gracias a una amiga en común. Ambos estudiaban en Madrid. Conte, de madre colombiana y padre italiano, hacía un posgrado en Educación Diferencial para sordos, mientras que Grant se especializaba en endocrinología. “Aunque mi marido no lo reconozca, yo creo que él fue quien me insistió. Él vivía con una amiga mía. Un día estaba Carlos ahí, se sentó, conversamos todos. Mi amiga me dijo ‘juntémonos mañana’. Le contesté que después de misa. Carlos dijo ‘yo te acompaño a misa y después vamos a tomarnos algo’. Lo único que tomo es caña, que es cerveza con Sprite. Fue a misa conmigo y luego me invitó a tomar una caña”. 

Poco después la amiga en común le confesó a Adela: “Carlos nunca en su vida ha ido a misa”. Todo había sido una estrategia para acercarse a ella. “No sé cómo es que nos juntó la vida, pero al final me encontré casada, con seis hijos y en el fin del mundo”.

-¿Cuándo se casan y cuándo se vienen a Chile? 

-Nos casamos el 11 de octubre del 89 y yo me quedé embarazada al tiro. Me vine embarazada como a mediados de abril, porque ya tenía guatita. 

-Chile estaba en un momento de cambios, poco antes de regresar a la democracia. 

-Mi marido es muy familiar, viene de una familia también muy tradicional y desde siempre me dijo: “Yo me voy a Concepción”. Le ofrecieron quedarse en Madrid y no quiso. Le ofrecieron quedarse en Santiago, que al principio la verdad que a mí me hubiera gustado mucho, pero no. A mí Concepción no me gustaba cuando llegué. 

-¿Y ahora? 

-La verdad que cada vez la encuentro más linda. Dos cosas le pedí a mi marido cuando nos casamos: “Yo me voy al poto del mundo contigo pero no hagas nunca turnos y necesito ir a ver a mis padres todos los años”. Y lo segundo lo ha cumplido.

“Perfeccionista e insoportable”

El doctor Carlos Grant además de fanático de la ciudad de Concepción, lo era del Club Concepción, donde se juntaba a comer con amigos, y de Deportes Concepción. “Un futbolista de asiento”, dice su esposa. El fanatismo por la zona lo llevó a asumir por Alta Dirección Pública en 2018, al cargo de director del Servicio de Salud de Concepción. Antes había estudiado medicina en la Universidad de Concepción (UdeC) y dos especialidades en la Universidad Autónoma de Madrid. Trabajó en el Hospital Regional de Concepción y como profesor en la UdeC. “Él era sobre todo académico”, dice Adela Conte. “Y además le encantaba. Estaba horas, días y noches preparando clases. Lo veía con el computador cambiando el color o la letra de las presentaciones. Yo despertaba y le decía: ‘Gordo, apaga esa porquería’, y él me respondía: ‘¿cómo te gusta más? ¿con azul o con gris? ¿qué resalta más?’”. 

-Era súper detallista entonces...

-Extremadamente detallista. Perfeccionista. Eso le pudo haber causado problemas también en su vida laboral porque era muy rígido en muchas cosas. 

-¿Exigente? 

-Mucho, mucho. A mi marido hay gente que lo ama infinitamente y hay gente que dirá que era el hombre más pesado y más insoportable del mundo. Cuando lo conocí pensé que era el más pesado del mundo. Después entendí que no lo era tanto, que era una máscara nomás.

Matrimonio de Adela Conte y Carlos Grant del Río, registro que su viuda atesora en la casa familiar.

- Antes de asumir el cargo de director del Servicio de Salud, ¿hubo alguna reflexión de él, un análisis del tipo ‘en qué me estoy metiendo’? 

-Él tenía clarísimo en qué se metía. Yo cada vez quise más Concepción porque siempre mi marido venía a almorzar (la casa familiar está a una cuadra de la Universidad de Concepción), nos juntábamos todos acá. Entonces me dice que posiblemente en este cargo no pueda venir a almorzar algunas veces, que no va a poder estar los sábados aquí en la casa. Cuando partió con esta cuestión del Servicio de Salud era 24-7… Yo creo que lo que más le llamó la atención del cargo es que se dio cuenta que podría cambiar algunas situaciones de salud. Cuando se metió en el hospital, cuando vio todos los hospitales de alrededor y que la gente se quejaba de la salud, efectivamente se dio cuenta que había muchas falencias. Creo que él intentó cambiar las cosas, aunque obviamente siempre había mucha presión. 

-¿Cuál era la visión que tenía de la salud pública en Concepción? 

-Creo que se dio cuenta que tanto la salud como la educación en muchos casos, se mueven muchas cosas políticas, ¿no? Y una cosa que creo que aprendió en el Servicio de Salud fue a ver todas las visiones, tanto de las personas de derecha, como de las personas de izquierda. Mi marido, eso sí, era extremadamente hermético con respecto al trabajo. Pero él gozaba, él era feliz con su trabajo, muy feliz. 

-¿Cómo fue la convivencia con él durante la pandemia? 

-Cuando partió la pandemia, al principio creo que ninguno creía que fuera a ser lo que fue. Él nos hablaba mucho de cuidarse, de quedarse en casa (...)  Y siempre decía, hay que esperar que llegue la vacuna, pero mientras hay que guardarnos. Desgraciadamente no llegó la vacuna para él. 

-Y llegó muy poco después… 

-Faltó muy poquito tiempo, así es. El 23 de noviembre del 2020 era mi cumpleaños. Ese día empezó con mucha tos y tenía muy poquita fiebre… él mismo tomó la decisión de llamar a una ambulancia. Dijo: “Me voy a internar, que tengo una tos rara”. Fue la última vez que lo vi en casa. 

Con Sabes Reportajes, Adela Conte, viuda de Carlos Grant, recuerda con emoción a su marido

Despedida en pandemia

El doctor Carlos Grant falleció a las 11.15 horas de un domingo 10 de enero de 2021. Tenía 64 años. Había estado conectado 36 días a una membrana de oxigenación extracorpórea (ECMO). Ese día el ministro de Salud, Enrique Paris dijo: “Los funcionarios de salud que trabajan día a día con los pacientes también sufren y, como es el caso de Carlos, otros funcionarios de salud también han fallecido (por la covid). Y esto mientras tenemos gente que hace fiestas, celebra, sale del país y no vuelven con su PCR”.

En su gestión destacó la implementación del hospital de campaña para ampliar la capacidad de la red. “En un momento no había dónde tener pacientes y él fue quien tramitó esta solución. Creo que fue una de las cosas importantes que hizo”, recalca Conte.

-Despedirse en pandemia fue algo muy complejo para todos quienes perdieron seres queridos. Eran condiciones anormales, porque había rituales que no se podían realizar… 

-La suegra de mi cuñada murió una semana antes también por COVID y a ella no la pudieron ver nunca más (desde que se internó). Yo tuve la fortuna de verlo, de hacerme a la idea, primero de que saliera adelante y después de que ya… siempre digo que mi marido me hizo un gran regalo, se lo hizo a él mismo y me lo hizo a mí. Creo que hubiera quedado muy mal si hubiera salido adelante porque ya tenía una falla multisistémica. No hubiera resistido el haberse quedado prácticamente postrado. Soy católica y tengo fe, con tu fe dices “por algo pasan las cosas”, así que vivo tranquila. Obviamente que siempre está presente.

-Sus colegas recalcaron mucho cómo su esposo llevó adelante la promesa hipocrática…

-Sí. Mi marido se despertaba agitado de sueños. Yo le decía: “¿Qué te pasó? ¿qué estás soñando?”. Respondía: “Es que soñaba que me aplaudían, soñaba que era famoso”. Creo que de alguna forma se cumplió su sueño. A veces me decía que le hubiera encantado cantar bien o tocar un instrumento porque era un desastre, era súper desafinado, no tenía oído, no podía tocar ningún instrumento.

Creo que todo esto, todo lo que me han dicho, todo lo que me cuentan los alumnos que me encuentro y que me dicen maravillas de mi marido… creo que cumplió su sueño de ser famoso. Voy siempre al cementerio y me encontré flores de alguien anónimo. Me dio mucha ternura porque sé que mucha gente lo recuerda con mucho cariño (...) Era además muy buen clínico. Estábamos en el mall. Le encantaba ir al mall, yo odiaba el mall, pero íbamos... íbamos los sábados con los seis niños. Mientras nos tomábamos un café me dice: “Espérate que tengo que hablar con este caballero”. Lo para y le dice: “Perdona que te moleste, soy médico y me parece que tú tienes una enfermedad”. El caballero le contesta: “De hecho me han tratado mucho por depresión”.  “Anda a verme a mi consulta”, le dice mi marido. “Es que yo tengo solo Fonasa”, le responde. Lo atendió gratuitamente. Este caballero tenía un tumor en la cabeza. Hasta el día de hoy que este caballero me llama, me trae fruta del campo.

-¿Qué le decía su esposo sobre la pandemia? me imagino que estaba confiado en que la íbamos a superar…

-Totalmente. Recuerdo el primer paciente ECMO acá en Concepción y que lo recibió mi marido. Y cuando mi marido estaba en el ECMO, este cabro (el primer paciente de covid que estuvo en el ECMO) me mandó un mensaje en que decía: “Yo salí de esto, así que no se preocupe, su marido va a salir adelante, yo estoy bien, tengo una vida normal”. No fue así, pero ¿sabes lo que pasa?, que te queda la sensación de haber estado, vivido, con un buen hombre. Viví con un hombre extraordinario, que a lo mejor al principio no te dabas cuenta. Como ves, todavía no puedo dejar de llorar pero es la satisfacción de haber estado, de haber conocido, de haber compartido con alguien que era más especial de lo que tú pensabas. 

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