Inmigrantes sirios en Concepción: exilio, emprendimiento y sueños de reencuentro familiar
Fotografía:

Inmigrantes sirios en Concepción: exilio, emprendimiento y sueños de reencuentro familiar


Por Cristian Ascencio | 25 Enero 2025 08:32
COMPARTIR

Muchos de ellos huyeron de Siria apenas cumplieron los 18 años, para así evitar el servicio militar que los habría obligado a pelear contra los suyos y defender un régimen autoritario. En Concepción trabajaron duro y algunos de ellos actualmente tienen sus propias tiendas comerciales. Hoy, después de la caída de Bashar al Assad, ya planifican el reencuentro con los suyos. 

Sobre el mostrador de la cafetería Sultán hay una bandera con tres franjas de colores verde, blanca y negra, y tres estrellas rojas al centro. Yasar Haj Hussain dice que la puso justo después de confirmada la caída de Bashar al Assad. No es cualquier emblema: se trata de la  antigua bandera siria, que data de los años 30, pero cuyo orden de colores había sido cambiado por el régimen de los Al Assad hace medio siglo atrás. Hoy los rebeldes en el poder retomaron esa bandera. “No me había sentido tan feliz en toda mi vida. Nosotros ya nos sentíamos más chilenos que sirios, porque habíamos perdido nuestra patria, pero ahora sentimos que la vamos a recuperar”, dice Haj Hussain.

-¿Quiere viajar a Siria pronto?

-¿Quiere ir usted igual? lo llevo a conocer las ciudades más antiguas y hermosas del mundo.

Haj Hussain habla eufórico. Cuenta que ya ha estado viendo si se reactivan los vuelos y que en Siria están sus padres y hermanos a quienes no ve hace 9 años. “Si hoy encuentro vuelo, me voy ya mismo”, asegura.

Pero su idea es ir a Siria y regresar a Concepción. Acá llegó hace 8 años, después de autoexiliarse. Lo intentó en Turquía, Brasil e incluso Cuba. También estuvo en Santiago. En la capital del Bío Bío logró consolidarse. Montó en 2017 un café en calle Freire y se instaló con su familia en la ciudad (esposa y dos hijos de 16 y 15 años).  Ni la pandemia lo detuvo: “Me dediqué al delivery y gracias a Dios nos fue bien. Nosotros todo se lo agradecemos a Dios”, explica.

Yasar junto a sus dos hijos en las puertas de su café Sultán Al Shawarma, ubicado en calle Barros Arana.

Hoy su café está en un lugar mucho más céntrico: en calle Barros Arana entre Angol e Hipólito Salas. Ahí se puede encontrar el típico café árabe que se sirve en pequeñas teteras de cobre, que se siente más espeso y fuerte, y que hace entender que lo que solemos tomar en Chile, no es café de verdad. También se puede encontrar hummus, dulces árabes, pan pita (fabricado por un migrante palestino) y, como no, el clásico shawarma.  

En el café Sultán también trabajan otros migrantes sirios (además de una joven venezolana que es la garzona). Uno de ellos es Osama Alshaikh Ali, quien escapó de Siria hace nueve años, poco después de cumplir los 18. “Iba a tener que hacer el servicio militar en medio de la guerra civil, me iban a obligar a disparar a mis hermanos. Nosotros somos gente trabajadora, no somos gente que mata”, dice.

-¿Tu familia era opositora a Al Assad?

-En Siria llevábamos más de 50 años gobernados por los Al Assad. Mi padre fue asesinado por ese régimen. Murió en una cárcel el 2013 después de haber regresado a Siria luego de estar trabajando en Arabia Saudí. Ni siquiera sabemos en cuál cárcel murió.

-¿Por qué encarcelaron a tu padre?

-No lo sabemos. Antiguamente no había orden, no hay... encarcelaron a todos. Mi papá no era de la edad de que se iba al ejército. Tenía 48 años. Tampoco era hombre de política ¿Entiendes? Pero lo llevaron igual.

Osama viajó a Chile gracias a gestiones de la embajada chilena en Siria, donde le ayudaron a conseguir una visa de trabajo. En ese momento ya Damasco tenía el aeropuerto cerrado, por lo que Osama debió viajar por tierra hasta el Líbano y luego en avión a Dubai, de ahí a Sao Paulo y al final a Santiago. Su primer destino en Chile fue Rengo, en la Región de O´Higgins, donde estuvo trabajando en una comercializadora. 

A Concepción llegó hace cinco años. “Ya me siento penquista. Me gustó desde que llegué. Cuando salgo de acá, me siento mal, porque me siento lejos de casa”, dice.

Pero la tierra natal llama y en su caso también espera reencontrarse con su familia este año. “Estoy viendo si puedo viajar en julio”, dice. 

La madre de Osama sobrevivió a la guerra civil y vive actualmente en una ciudad cercana a la capital, Damasco. “Quiero ver a mi madre, a mi hermano, a mis tíos, a mis primos. Los sirios somos mucho de familia. El exilio ha sido más duro por eso (...) aunque después quiero volver porque Concepción es mi ciudad”.

-¿No tienen miedo de que quienes están ahora en el poder, se vuelvan igual de autoritarios que Al Assad?

-Los Al Assad estuvieron más de 50 años, nadie podía criticarlos, nos perseguían y mataban. Nada puede ser peor.

El sultán del aseo

Arabe Joumaa tiene apenas 28 años y llegó hace nueve a Chile, huyendo -al igual que Osama- de que lo enlistaran en el servicio militar obligatorio en medio de la guerra civil siria. En su caso, gracias a una amiga siria-chilena que se hizo pasar por su prometida, consiguió papeles para salir, llegar al Líbano y de ahí tomar vuelo a Chile. “Cuando uno busca sobrevivir, da lo mismo el país”, sostiene.

En el país se afincó en Concepción. “Trabajé de todo, de ayudante, de chofer, cargando combustible… fue un proceso largo y no me gusta recordarlo. Pero después me independicé con una empresa de venta de artículos de aseo, cuando empezó la pandemia”.

Hoy Arabe además de su empresa de aseo, fabrica su propio detergente y abrió un local comercial en Talcahuano que se llama El Sultán. “Doy empleo a doce chilenos”, dice con orgullo. 

Sobre su vida en Chile, dice que en general ha sido una “experiencia bonita”, que este es un país más tecnologizado y donde hay oportunidades para emprender, pero que le chocan algunas cosas, como las drogas, la delincuencia y el individualismo. “Todos andan preocupados por su trabajo, por su negocio. Allá no, allá tú dices a una persona en la calle “necesito comer”, y te deja entrar a su casa, te da la comida, sin conocerte”.

-¿Y quieres volver a Siria?

-Sí, la verdad… ahora cada uno tiene que hacer lo mejor para el país. Trabajar mejor. Hacer las cosas bien. Y eso le deja al país crecer. No estamos hablando de un día para otro. Estamos hablando de algo de años. Pero ya es algo muy, muy, muy diferente.

Revisa más noticias de la Región del Biobío. Síguenos en Facebook para estar al tanto del día a día penquista. También en nuestro Instagram para ver fotografías con datos de contingencia nacional y del Gran Concepción.

ETIQUETAS: