Editorial: Caso Monsalve, la historia sin fin
Parece increíble, pero todos los días estamos conociendo cosas nuevas del Caso Monsalve. Sólo las últimas 24 horas nos enteramos de 3 noticias y todas muy importantes.
Primero el interrogatorio que realizó el fiscal Xavier Armendáriz al Presidente de la República y al Subsecretario del Interior Luis Cordero en la Moneda.
Segundo que Carolina Tohá avisó a Monsalve que su departamento iba a ser allanado y por último, un reportaje de Ciper reveló que el ex-subsecretario tras los sucesos de septiembre tuvo un par de reuniones con la denunciante y esta le manifestó que no hubo consentimiento para la relación sexual.
Vamos por parte; la declaración del Presidente fue una inteligente decisión. Lo cierto es que con mucha probabilidad el mandatario iba a ser citado a declarar. En la Moneda se adelantan a esta jugada y no sólo eso le dan mayor transparencia ya que no declara por oficio, como es su prerrogativa, sino que lo hace presencialmente. Segundo logran que nadie se entere de esta diligencia y luego ellos informan tomando el control comunicacional de la situación y de paso bajando la presión sobre este tema que estaba pendiente.
Lo de Carolina Tohá es más complejo y por varias razones. Primero, se suponía que no habían existido más comunicaciones con Monsalve de las que ya conocíamos. Sin embargo, ahora nos enteramos de que hay más. Más encima la comunicación de Tohá a su exsubsecretario fue para avisarle de un procedimiento policial. Claramente ese no es el mecanismo para dar cuenta de diligencias como allanamientos. ¿Le advirtió para darle tiempo a ocultar pruebas o solo le avisó cumpliendo lo que la PDI le pedía?, solo ella sabe.
Por último, el reportaje de CIPER concuerda con la tesis del Fiscal Armendáriz cuando el persecutor afirmó que Monsalve no avisó a la PDI porque no se acordaba de nada, sino porque en realidad sabía que lo iban a denunciar. Con esto queda a firme la opinión del fiscal sobre la participación punible de Manuel Monsalve en el delito de violación y por lo tanto su interrogatorio primero y luego su formalización debieran ocurrir en el breve tiempo.
¿Hasta dónde podrá escalar este caso? Ya llegó al presidente de la república, ¿Puede escalar más?, ¿Podemos tener más consecuencias?
El cambio de gabinete en este contexto parece -a estas alturas- la única opción del ejecutivo para intentar salir de este pantano en el que han caído, un pantano que con cada movimiento pareciera hundirse más.
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