Los desafíos para la electromovilidad en el Biobío ¿Cómo se incorporan más vehículos eléctricos a las calles?
El país tiene una meta medioambiental: en diez años se espera que todos los vehículos privados y del transporte público sean eléctricos, y en el Biobío ya se están desarrollando iniciativas para cumplir con la electromovilidad. Por supuesto, esto implica desafíos, desde el financiamiento hasta un encadenamiento de actores preparados para sustentar este proyecto.
Para el administrador regional Iván Valenzuela "no solamente tiene que ver con el equipamiento o los automóviles que van a ser impulsados con este tipo de energía. Tenemos que entregar las competencias para que las personas se hagan cargo de las fallas que puedan tener estos vehículos. Hay que formar técnicos, hay que formar ingenieros".
Esto se evidenció en el Summit Internacional EMOV celebrado por la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), recalcando la unión fundamental entre la inversión pública, la formación académica y el desarrollo tecnológico de privados. Para que, entre todos, se genere una ciudad apta y sostenible para una alternativa más económica.
El taxi eléctrico como ícono de la electromovilidad
Por ejemplo, la autoridad ejemplificó con un taxi eléctrico, "dentro de los trayectos debe tener donde cargar, pero también deben darse los procesos para que puedan ser reparados". "La pregunta es ¿a qué taller va? La región del Biobío, como todas las regiones, no solamente está conformada por grandes talleres, sino que hay muchos pequeños mecánicos. A eso hay que entregarles competencias para poder enfrentar estos desafíos", agregó.
A lo mismo apuntó Marcelo Villalobos, presidente de la Federación Gremial de Taxis Colectivos del Biobío. Primero, el vehículo debe tener la autonomía, "que le permita trabajar fácilmente todo el día al conductor del taxi colectivo. Segundo, que los espacios interiores permitan que los pasajeros viajen cómodos. También que exista la posibilidad dentro de una distancia cercana de encontrar talleres mecánicos". Además "que sea un vehículo que ya tenga hartas unidades puestas en el mercado para el tema de los repuestos", compartió con SABES.
Asimismo, recalcó la necesidad de adquirir los seguros correspondientes y generar conocimiento en los potenciales conductores.
"Derribar muchos mitos que existen sobre la electromovilidad que los vehículos no tienen fuerza, que la batería, que no hay repuestos, que son caros, que la batería dura poco... Nos ha tocado explicarle a la gente y llevarle vehículos a su lugar de trabajo para que los puedan probar. Ahí se dan cuenta que la sensación es distinta, que, con el mismo dinero que pueden estar utilizando en otro vehículo, pueden ofrecer esta calidad de servicio, con tecnología y medidas de seguridad increíbles", explicó.
La educación secundaria se prepara para estos vehículos
Para llevar a cabo la Estrategia de Movilidad Sostenible, que fija el 2035 para el mencionado objetivo, es esencial la preparación de expertos. Algo que no se limita a la universidad, ya que el Liceo Industrial de Tomé incorporó la mecánica de autos híbridos y eléctricos a su especialidad de automotriz.
El docente Luis Illanes señaló a este medio que "nosotros capacitamos a los alumnos en la mantención, reparación y pruebas de los vehículos. Hacemos pruebas de aislación, pruebas de voltaje, ocupamos medios de seguridad, como son buzos dieléctricos, guantes dieléctricos, cubrecalzado, equipos de prueba", para velar por la seguridad de los estudiantes".
"Estos alumnos van a ser los futuros profesionales", señaló el profesor, así que su formación resulta esencial para la viabilidad de la electromovilidad en el Biobío y Chile.
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