Biobío se debate en Biobío
¿Se debate mejor en Santiago? ¿Con más luces e interés? En las últimas semanas, como candidato a gobernador regional, he sido invitado a participar en debates organizados por medios nacionales, todos en Santiago. Agradezco la consideración de los medios por pretender exponer las ideas y propuestas de quienes somos candidatos. Y más allá de los conflictos de agenda que se puedan tener para aceptar una u otra instancia santiaguina, la situación evidencia una realidad que preocupa: la dinámica centralista de siempre. Los problemas de Biobío, que requieren de una mirada local, no deberían discutirse -principalmente- en la capital, a kilómetros de distancia de donde realmente ocurren.
La región no puede ser analizada desde la distancia. Enfrentamos desafíos que solo quienes vivimos aquí comprendemos cabalmente: la congestión en la Ruta 160, los efectos del cierre de Huachipato, la falta de conectividad en nuestras zonas rurales, los incendios forestales y la violencia en la Macrozona Sur. Estos no son temas abstractos, tampoco cifras ni titulares lejanos, son la realidad diaria de miles de personas que vivimos y trabajamos en nuestra región.
Si aspiramos a mayor descentralización, necesitamos más acciones concretas y los medios de comunicación podrían tener influencia en esto. TVN, por ejemplo, que cuenta con centros regionales a lo largo del país, debería generar espacios de conversación desde las regiones, aprovechando sus equipos locales. Aquí en Biobío contamos con periodistas y equipos altamente capacitados (que, además, entienden y viven algunas dificultades regionales a diario). Entonces, ¿por qué no fomentar los debates sobre Biobío desde Biobío? Si la mayoría de los debates regionales se organiza en Santiago, se dan a conocer nuestros problemas locales a nivel nacional, pero se perpetúa la idea de que las soluciones a éstos pueden diseñarse exitosamente sólo desde la capital. Y las soluciones centralizadas muchas veces implican desconexión con la realidad.
Un buen símbolo sería debatir más desde Concepción, Los Ángeles o Talcahuano para que nadie vaya a creer que el mensaje detrás de hacerlo casi exclusivamente en Santiago es que estamos cediendo en conseguir más descentralización. Para algunos quizás pueda ser irrelevante, pero en la práctica estamos diciendo, a nivel comunicacional, que la capital no sigue siendo el centro de todo. Porque no lo es. Biobío cuenta con casi todo lo necesario para ser el motor de su propio desarrollo: lo hemos demostrado una y otra vez, con el talento de nuestros profesionales y la fortaleza de nuestros habitantes.
No se trata de evitar la discusión sobre Biobío, sino de instar a que se dé en el lugar que corresponde: en nuestra región. “Biobío se debate en Biobío” debería ser la premisa comunicacional.
Si queremos que la mayor parte de las decisiones se tomen desde donde las dificultades mejor se conocen y comprenden -y no desde 500 kilómetros de distancia- es prioritario dejar atrás la idea de que el centro de los debates -y sus respuestas- está en Santiago. En Biobío, tenemos el talento, la experiencia y la convicción de que podemos ser protagonistas de nuestros propios debates. También las luces y el interés.
