Sobreviviente: Mujer relató como fue estar secuestrada en Gaza por 51 días, su marido aun no es liberado
Fotografía: Captura Infobae

Sobreviviente: Mujer relató como fue estar secuestrada en Gaza por 51 días, su marido aun no es liberado


Por Fernanda Soto | 13 Septiembre 2024 16:06
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Durante la jornada, Infobae publicó el relato de Aviva Siegel, una mujer de 62 años que estuvo 51 días secuestrada en Gaza junto a su marido, quien lleva 11 meses privado de su libertad.

Según lo relatado por Aviva al medio citado, el 7 de octubre de 2023 irrumpieron en su cuarto de seguridad al sur de Israel. En ese momento su vida cambió para siempre, 15 terroristas los sacaron e llamó y a su esposo en pijama y con una violencia desmedida.

Tras sacarlos de su hogar, los Hamas subieron a la pareja a un auto y los llevaron hasta Gaza, ahí los obligaron a entrar a una casa en la que había un túnel escondido. “Nunca voy a olvidar la cara del terrorista sonriéndome desde abajo. Parecía estar viviendo la fiesta de su vida, y yo y mi esposo estábamos temblando” recordó Siegel al medio.

En el túnel, Aviva se encontró con uno de sus vecinos con las piernas heridas y llenas de vidrio y una mujer junto a sus tres hijos, quienes habían presenciado una brutal matanza. De acuerdo al medio, durante esos 51 días, la mujer y su esposo fueron trasladados más de 10 veces.

El último paradero fue un túnel en el que faltaba agua, comida y aire. “Llegamos a una situación en la cual nos acostamos y no nos podíamos mover. Nuestro único objetivo era respirar" recordó. “Estaba convencida de que iba a morir allí y solamente podía pensar: ‘Ojalá que yo me muera antes que mi esposo’”.

La liberación de la mujer que estuvo secuestrada en Gaza por 51 días

En sus días secuestrada, Aviva bajó 10 kilos, fue en noviembre cuando le dijeron que estuviera preparada porque iba a volver Israel. Ella se negó, no se iría sin su esposo, pero se lo negaron. A pesar de eso le permitieron verlo.

La llevaron hasta una habitación donde su esposo estaba tirado en una colchoneta sucia, ahí lo abrazó y se despidió de él. “Sé fuerte por mí”. Esa fue la última vez que lo vio. Esa fue su última conversación.

“Cuando volví al país yo no tenía fuerza para caminar, tenía que apoyarme en alguien. Además tenía una inflamación en el estómago, tardé un mes y medio en volver a poder comer como cualquier ser humano y cinco meses para estabilizar mi situación sanguínea”.

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