Editorial: Caso Macaya, ¿hay dos justicias?

Hoy el caso Macaya está en las portadas de todos los medios de comunicación social del país, sin embargo, creemos que hace un año ocurrió un hecho que no fue bien valorado en esta causa y que vamos a retomar en esta editorial.

Después de 3 semanas de juicio se resolvió la culpabilidad de Eduardo Juan Macaya Zentilli, padre del senador y presidente de la UDI Javier Macaya, por dos delitos de abuso sexual impropio reiterado.

Esta historia comenzó en Junio del año pasado cuando Macaya fue detenido y formalizado por la Fiscalía de O'Higins. Se le imputaron autoría de 4 delitos de abuso sexual impropio. Tras esto quedó en prisión preventiva, cuestión que fue confirmada por el tribunal de alzada de Rancagua dos veces. El argumento fue que “la libertad del imputado era un peligro para la seguridad de la sociedad y de las víctimas”.

En una tercera presentación donde nuevamente se pedía revocar la prisión, el 8 de julio se tomó la decisión de mantenerlo privado de libertad, pero bajo el argumento del peligro de fuga y no por ser un peligro para la sociedad. Este tecnicismo permitió a la defensa solicitar ante el juzgado la sustitución de la prisión preventiva por el pago de un monto en dinero o fianza.

El 12 de julio el Juzgado de Garantía mantuvo la prisión rechazando la petición de la defensa, sin embargo, al llegar la apelación a la corte esta revocó la prisión y fijo un pago de 150 millones de pesos, lo que permitió que el imputado Macaya cumpliera el arresto, pero en su hogar.

Este hecho no diremos que pasó desapercibido públicamente, pero si creemos fue poco valorado en su momento. Es evidentemente legal, pero se ve horrible. Vale decir si tienes 150 millones de pesos puedes pagar para pasar tu arresto no en una cárcel sino en tu casa. Y ¿si no tienes 150 millones, no tienes esa posibilidad?...eso no es igualdad ante la ley.

Hoy la justicia sentenció la culpabilidad de Eduardo Macaya por dos delitos consumados de abuso sexual de una persona menor de 14 años cometidos en contra de una de las víctimas en fecha indeterminada, pero en un mismo día, cuando tenía 8 ó 9 años. La segunda condena correspondería a otro caso de abuso sexual cometido entre abril y mayo del año 2022.

Son delitos gravísimos, ¿nos imaginamos que ameritan cumplir la condena en una prisión...o no? o ¿en este caso también se podrá pagar un monto en dinero para conmutar la pena? Queremos creer que no.

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