Los chilenos no se rinden jamás
Ese es el potente y trascendente mensaje que hace 142 años nos legaron 77 jóvenes soldados chilenos, al mando de su comandante, el Capitán Ignacio Carrera Pinto. Un grupo de personas movidas por la convicción de que obraban por alcanzar un propósito que excedía largamente sus propias existencias: la patria chilena y un mejor futuro para sus habitantes.
El 9 y 10 de julio de 1882, en el poblado de la sierra peruana llamado La Concepción, una fuerza de 600 soldados regulares peruanos y a lo menos 1.500 montoneros se abalanzaron sobre la Cuarta Compañía del Chacabuco 6º de Línea. Carrera Pinto y los suyos entendían muy bien su misión y más aún, el sentido profundo de luchar hasta el último aliento para mantener la Bandera Nacional a tope.
Cada 9 de julio los soldados del Ejército de Chile siguen el ejemplo de los 77 inmortales y juran a la Bandera, en un compromiso voluntario y consciente de servir fielmente a su patria, hasta rendir la vida si las circunstancias así lo exigieran. Es un voto profundo que refleja su vocación de servicio público y su deseo de prepararse, entrenarse y operar a lo largo de todo el territorial nacional, en defensa de la soberanía, en resguardo de la seguridad y los intereses territoriales, en contribución al desarrollo, en la cooperación internacional y en la oportuna presencia ante emergencias y desastres.
Nos sumamos a cada chilena y chileno a celebrar este 9 de julio el día de la Bandera Nacional, a reafirmar la vocación de los integrantes del Ejército de Chile con la Patria y a reflexionar sobre el significado que tiene responsabilidad de honrar el sacrificio de los caídos en la Concepción y como su mensaje de valor, fortaleza y decisión frente a la adversidad nos toca en nuestra manera de contribuir a un mejor futuro para Chile.