Testimonios de locatarios del Mercado Provisorio de Concepción y el drama de los puestos cerrados
Once años se cumplen desde que se incendió el emblemático Mercado Central de Concepción, un lugar que actualmente guarda miles de historias de los locatarios que trabajaban ahí y también de los cientos de personas que llegaban a disfrutar de sus deliciosas comidas y productos locales. Hoy la nostalgia vuelve, la pena invade el corazón de cientos de penquistas al ver destruido el lugar que dio vida a la ciudad.
Luego de todos estos años, aún existen debates en torno al destino de lo que queda del Mercado Central. Muchos de los vendedores emigraron al Mercado Provisorio del Gran Concepción para continuar con su trabajo, aunque no a todos les fue bien. Sin embargo, otros persistieron y siguen atendiendo dentro de este mercado provisorio.
Benito Güanante, quien trabaja en Servicio Técnico en relojes de cuarzo desde hace años en el Mercado, indicó que "nosotros aquí llegamos los 164 locatarios del antiguo mercado, llegamos con bombos y platillos. Pero a través del tiempo, de los primeros meses, la gente se empezó a dar cuenta que transitaba muy poca gente por aquí y se empezó a ir".
"Yo conozco gente que estuvo acá y después se fue, la gente se va porque les va mal. Nunca fue como lo habían prometido", agregó.
Benito lleva más de 30 años en el mercado, estuvo 25 años en el antiguo y ya lleva 6 años en este local provisorio. En la misma línea, Roxana, propietaria de la tienda Icelicks, puntualizó que "está muy abandonado acá y por el frío hay muy poca gente y cuando llueve no anda nada de gente. Yo llevo tres meses acá y si está bastante vacío".
La temático de los gastos comunes del Mercado Provisorio de Concepción
Por su parte, Nieves Montero Vega, quien poseía un local de costura por más de 20 años en el antiguo mercado de Concepción comunicó que "yo dejé de trabajar, porque me iba mal, con lo que ganaba no alcanzaba a pagar el arriendo del local, más patente y gastos comunes, no viene gente para acá, venía a puro gastar pasaje".
"Yo sufro de los huesos, padezco de artrosis, fibromialgia y en el invierno con el frío y la lluvia no se puede estar aquí", agregó.
Nieves en el año 2022 cerró su local provisorio en el mercado, desde ese entonces por parte de la administración le han exigido el local para arrendarlo, pero ella se niega, ya que siente interés de regresar en algún momento.
"Yo quiero volver a mi local, pero no tengo el dinero para costear todos los gastos, más encima por parte de la administración me cobran una multa sobre un millón de pesos por gastos comunes donde no trabajé en la pandemia", finalizó.
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