Estos son los 8 alimentos que no se deberían guardar en el refrigerador para evitar alterar sus propiedades
Algunos alimentos, si se guardan en el refrigerador, pueden alterar su sabor y textura, perder algunas propiedades, mientras que otros incluso pueden descomponerse más rápidamente. Esto ocurre debido a que un ambiente húmedo a bajas temperaturas provoca que se sequen y pierdan parte de los beneficios que tienen para la salud de las personas.
Si lo que buscamos al refrigerarlos es que se conserven más, de hecho, puede que en algunos casos refrigerar los alimentos implique todo lo contrario a lo que esperamos, en comparación a si los mantuviéramos en un ambiente seco, oscuro, alejado de la luz directa del sol o con otras características.
Estos son los alimentos que no deberías guardar en un refrigerador
Por ende y para evitar posibles pérdidas de sabor o de propiedades, la refrigeración no siempre es necesaria para los siguientes alimentos, según explican en ElDiario.es.
Pan: las bajas temperaturas provocan que el pan pierda su sabor, volviéndose duro y seco, por lo que se deteriorará más rápido. El consejo es guardarlo en un lugar fresco y seco, e incluso conservarlo en el congelador si no vamos a consumirlo pronto.
Tomates: el frío y la humedad provoca que pierdan textura y sabor. También se rompen las membranas de las paredes celulares y se limita su capacidad para generar sustancias relacionadas al aroma y el sabor. Recomiendan dejarlos en una despensa o en algún lugar seco y fresco, alejado de la luz solar directa, y lejos de plátanos, manzanas o peras. Aconsejan guardarlo en un refrigerador solo cuando está muy maduro.
Ajos: los ajos enteros absorben la humedad, se empiezan a ablandar y brotan moho.
Papas: según explican, el almidón de las papas se convierte en azúcar a en bajas temperaturas, dejando un sabor dulce y textura arenosa, incluso después de cocinarlas, por lo que se volverán más secas y granuladas. Aconsejan conservarlas enteras en un lugar más cálido que la nevera, oscuro y fresco.
Plátano: las bajas temperaturas retrasan su proceso de maduración por lo que necesitan estar a temperatura ambiente para respetar el proceso.
Cebollas: al igual que los ajos enteros, las cebollas absorben la humedad, se empiezan a ablandar y brotan moho. Recomiendan dejarlas en lugares aireadas, lejos de la luz solar directa y solas, evitando juntarlas con otras verduras. En cambio, las cebolla cortadas sí se aconseja mejor guardarla en un refrigerador, protegida con un recipiente hermético.
Chocolate: guardarlo en el refrigerador implica que aparezca una capa blanca en la superficie que cambiará su textura y sabor gracias al sistema de condensación propio del refrigerador. Por lo mismo recomiendan mantenerlos en temperatura ambiente, en bolsas de plástico con cierre, lejos de la luz y, por supuesto, lejos de altas temperaturas.
Miel: se cristaliza y pierde muchas de sus propiedades al guardarla en un refrigerador, por lo que recomiendan dejarla a temperatura ambiente. Puede conservarse óptimamente en un recipiente bien cerrado.
De igual forma, hay verduras como las zanahorias, berenjenas y pepinos que tampoco se recomienda guardarlas en el refrigerador, así como también el mango, la palta, el kiwi y otras frutas tropicales que deberían ser guardadas a bajas temperaturas solo en caso de estar muy maduras.
¿Qué pasa con los huevos?
Aunque los huevos son un alimento que no necesitan el frío para conservarse, se recomienda dejarlos al interior de un refrigerador ya que los cambios de temperatura los afectan, provocando alteraciones en su membrana. Por lo mismo y para evitar los vaivenes del ambiente natural, aconsejan refrigerarlos.
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