Editorial: Ya perdimos la capacidad de asombro con los niños asesinados
Esta debe ser la peor cara del crimen organizado y el narcotráfico, los niños asesinados. Lamentablemente este hecho se ha vuelto frecuente al punto que ya hemos perdido la capacidad de asombro.
Las cifras de la Defensoría de la Niñez dan cuenta que el año 2023 hubo 38 niños y adolescentes asesinados con armas de fuego en Chile.
El 2021 hubo 29 asesinados de menores y el 2022 (el peor año de todos) se registraron 49 crímenes, 4 de ellos ocurrieron en la Región del Biobío.
A inicios de noviembre de 2022 en Hualpén un adolescente de solo 17 años murió tras recibir un ataque en el frontis de su edificio. 24 horas después una niña de 11 años murió luego de recibir uno de los disparos que desconocidos hicieron contra su casa en población Armando Alarcón del Canto.
El tema vuelve a nuestra agenda tras el asesinato de un niño de 13 años también al interior de su casa en la comuna de La Florida. Si sumamos todos estos hechos estamos hablando de un modus operandi. Bandas de antisociales o sicarios que reciben el encargo de asustar o definitivamente asesinar a los integrantes de un grupo familiar y lo hacen disparando en contra de un domicilio.
La Defensoría de la Niñez entrega otras cifras escalofriantes sobre lo que pasa en los establecimientos educacionales, donde se supone nuestros niños deben estar protegidos. Entre el 2019 y el 2022 aumentaron en un 173% los casos policiales donde las armas de fuego son protagonistas al interior de los colegios.
Definitivamente hemos fracasado en intentar detener este tipo de crímenes y hoy están pagando esta falta de eficiencia los más indefensos, los niños de nuestro país.
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