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En la comuna de Concepción, más de 200 personas sordas recuperaron la audición gracias a una cirugía, que forma parte del programa de Implante Coclear.
El Guillermo Grant Benavente es el establecimiento de alta complejidad donde funciona, con eficiencia y sin lista de espera, dicho programa que cubre todo el ciclo vital, por medio de tres líneas de acceso.
Estas son: GES, para prematuros y menores de 4 años; Ley Ricarte Soto, para adolescente y adultos. Además de financiamiento JUNAEB, o FONASA-MINSAL, para otros pacientes, que no están cubiertos por las anteriores.
El Director del programa de Implante coclear del HGGB y otorrinolaringólogo, Ricardo Alarcón, explicó que todo usuario o usuaria con sordera, que ya no puede oír con audífonos, puede postular a implante coclear, previo ingreso al sistema, consulta y evaluación de especialista.
"Cuando el audífono ya no sirve, se inicia una evaluación exhaustiva que analiza aspectos distintos del paciente, todo lo médico, luego lo de competencia de fonoaudiología, los exámenes que realizan tecnólogos médicos y evaluación psicológica para aterrizar expectativas", sostuvo.
Detallando que luego lo ve "asistente social, para ver si el grupo social, entorno, cumpla con condiciones para acompañar al individuo mientras parte su proceso de rehabilitación, entre otras".
Más de 200 personas sordas recuperaron la audición en Concepción: El proceso se realiza en un periodo de 6 a 7 meses
Alarcón, a su vez, detalló que a cada cirugía sucede un periodo de rehabilitación que, puede prolongarse hasta 5 meses en caso de adultos que quedaron sordos siendo mayores y teniendo uso de lenguaje; y de 5 años, para niños o niñas que nacieron con sordera y deben, en este proceso, aprender a hablar.
Todo el proceso, desde la primera consulta, exámenes, cirugía, hasta el encendido del implante e inicio de rehabilitación, se realiza en un periodo de 6 a 7 meses.
Por su parte, Felipe Navarrete, fonoaudiólogo y coordinador del programa de Implante Coclear, explicó que "hemos vivido y acompañado a los pacientes y sus familias a lo largo de todo el proceso, desde la primera consulta, la postulación, hasta el fin del proceso, que requiere, después, de consultas cada cierto tiempo, para calibrar el dispositivo que les permite oír".
"En el caso de los niños, este trabajo tiene una connotación más emocional porque ellos, al activar el implante, por primera vez escuchan los sonidos, las voces de sus padres", agregó.
Asimismo, Navarrete precisó que el centro de implante coclear penquista atiende pacientes de Antofagasta a Punta Arenas, Lo anterior, ya que según establece la Ley Ricarte Soto, es el usuario o usuaria quien elige donde someterse al procedimiento y hay quienes optan por esta región.