Cómo se transformó Concepción tras la pérdida de emblemáticos locales
En los últimos años se hizo común el cierre de emblemáticos negocios de Concepción, que por décadas recibieron a los penquistas. En un desafiante escenario, ciertas tiendas patrimoniales han sobrevivido con ingenio, mientras que otras simplemente desaparecieron.
Esto refleja el reformado entorno comercial de la ciudad, con una fuerte inclinación hacia lo nuevo y joven. Además, se configuró la orientación del público dentro de la urbe, especialmente aquellos que estaban acostumbrados a una ciudad totalmente distinta y que quedaron a la deriva.
Así lo señaló Javiera Opazo, encargada de Más que Papel, tienda que ocupó el lugar de la difunta Librería Estudio, sobre la reacción de clientes mayores. “Siento que perdieron parte de su rutina cuando cerró la librería. Muchos de ellos se alegran de que hay un negocio nuevo, pero nos ha tocado gente que se ha indignado. Que miran totalmente desorientados”, expresó. Algo que entiende porque lo considera “un espacio con valor”, por la rica historia de su dueño.
Aunque el restaurante Stromboli es famoso por la humita de medio kilo de medio kilo, también han notado la disminución del interés por comidas tradicionales. Según su administrador, Roberto Melo, “las experiencias locales son muy legítimas”, pero “la gente joven en estos tiempos no aprecia tanto. Mira otras cosas, quiere irse. Eso hace desaparecer tradiciones que son, indudablemente, parte del patrimonio penquista gastronómico”. A pesar de esto ya llevan 70 años en funcionamiento.
Algunos locales como Casa Chauriye y Confitería Johanna apostaron por una renovación, con distintos resultados. Pero otros cerraron para siempre, dejando espacios vacíos que ocuparon nuevos comercios.
Luego de 47 años en Concepción: Termina el legado de Confitería Johanna
La conocida Confitería Johanna cerró sus puertas el 2022 tras 45 años ofreciendo dulces, chocolates y licores en Concepción. Este negocio, que abrió el 1977, se vio afectado por el estallido social y la pandemia, motivando su despedida.
Tras esto, el 2023 abrió en el mismo lugar la cafetería D’amont, bajo Mario Soñez, nieto de uno de los fundadores, en O’Higgins 660. A pesar de la remodelación el emprendedor mantuvo los productos bajo una nueva propuesta. “Hay una herencia cultural de que yo no quería que se perdiera. Los casis 50 años de historia eran muy conocidos por todos, entonces quise conservar la chocolatería”, señaló Soñez.
Desafortunadamente, a inicios del 2024 el renovado local también se despidió del público. Ahora mismo se encuentra cerrado, debido a conflictos legales que impedían su funcionamiento correcto, indicó el dueño.
La Parada Del Tonto
Este famoso punto de encuentro en la intersección de Aníbal Pinto con Barros Arana también es recordado por el antiguo Hush Puppies que lo acompañaba. En 2020, este negocio cerró y dio paso a la instalación de “La Sofy”, tienda de carcasas y artículos tecnológicos.
Aun se mantiene el reloj que representa al punto y la tienda abrazó la denominación popular. Una de sus encargadas, Carolina Velázquez, expresó que “es una zona muy querida la Parada del Tonto. Tenemos un nombre oficial del local, pero todavía la llaman así. No nos molesta porque cada cosa tiene un significado para cada uno”. “La Sofy” ya lleva tres años en el lugar.
Librería Estudio
A diferencia de la parada anterior, la desaparición de la Librería Estudio de su clásico negocio en Galería Italia fue confuso para su público. Actualmente, ahí espera “Más que Papel”, quienes antes usaban un lugar más pequeño en el mismo punto comercial.
Para la gente mayor que visitó a la Librería en sus más de 60 años, “siento que perdieron parte de su rutina cuando cerró la librería. Muchos de ellos se alegran de que hay un negocio nuevo, pero nos ha tocado gente que se ha indignado. Que miran totalmente desorientados”, declaró la encargada Javiera Opazo.
“Más que Papel” espera conservar su valor histórico y señalan que recibieron ayuda y recomendaciones de la hija del dueño, Paulina Jiménez. Librería Estudio se despidió tras la muerte de su fundador Jorge Jiménez, a los 90 años.
La nostalgia de Concepción por Casa Carlitos
De forma similar, la longeva Casa Carlitos de O’Higgins 730 se dedicó por 60 años a la venta de juguetes y artículos de librería. En sus últimos años quiso mantener su ambientación antigua y no adoptaron el pago por tarjetas.
Tras su cierre en el 2020, al local llegó una sucursal de Churchil, donde venden comida rápida como tequeños y churros. Una de sus trabajadoras, Joanna Sayago, expresó que los clientes de Casa Carlitos aun añoran por el antiguo negocio, “dicen que ingresaban a la librería y todo era de madera. Son recuerdos de esa edad, cuando esteban pequeños y vinieron toda su vida a este lugar”.
Casa Chauriye
Un emblemático local de Concepción que pudo reinventarse y mantener su herencia comercial es Casa Chauriye. Desde su ubicación en Aníbal Pinto 570, se enfocaron en la venta de ropa por 60 años, con los fundadores originales trabajando hasta su último adiós.
Luego de su despedida, Roberto Pérez continúo su legado a petición del dueño del espacio, con “los mismos proveedores, mismos productos, mismo todo. Esa fue la condición con la cual me lo entregó”. Para esta nueva etapa adoptó el nombre Casa Tradición.
“Hay gente tradicional que hasta el día de hoy va a buscar productos que nosotros tenemos, evitan, por ejemplo, el retail. Hay un nicho bien importante de personas que iban a quedar a la deriva. Por eso mismo tratamos de ver a ese nicho”, agregó el actual dueño.
Gracias a esas fieles clientelas que acompañaron por décadas a los negocios mencionados, estos se convirtieron en emblemas de Concepción. No obstante, el patrimonio comercial penquista es cada vez más escaso y los que sobreviven no pueden asegurar su estadía para el futuro. Muchos de estos antiguos negocios, ahora cerrados, viven en la memoria de su público y ciertos emprendedores buscan rescatar su legado.
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