La gruta de la Virgen de Lourdes en Concepción: Devotos recogen "agua bendita" y agradecen favores

Al costado de la Iglesia Santo Domingo está la gruta de la Virgen de Lourdes en Concepción, un lugar popular entre los creyentes de la ciudad. La gran instalación recrea una aparición de la Virgen María en Francia, donde los católicos claman que se presentó ante una niña en una cueva y le señaló cómo descubrir una fuente de agua.

La orden de Los Dominicos inauguró esta versión penquista en el 1919, hace más de 100 años, con una reconstrucción en el 1954. Para simular la escena original, incluyeron un mural del sur de Francia y una llave que gotea permanentemente, en referencia al manantial que encontró la joven Bernadette.

Este lugar sagrado se caracteriza por esta "agua bendita" y las placas de gratitud que dejan sus devotos. Según indicó el sacerdote encargado del templo, Alejandro Valbuena, "continuamente están entrando personas que vienen a rezar, a agradecer, a pedir al Señor. Siempre los cristianos estamos acostumbrados a pedir, pedir, pedir, pero poco a agradecer. Entonces todas estas placas son de agradecimiento por los favores recibidos, por la salud, el trabajo o algún beneficio personal".

Para la vecina del sector, Ana, es importante visitar con frecuencia esta gruta a la Virgen de Lourdes, ya que le acredita una ayuda en momentos difíciles. Según explicó, "para mí es especial, por el hecho de que se le apareció a unos niños. Tiene harto significado porque confío en niños y se ve más humanitaria".

El "agua bendita" de la Virgen de Lourdes en Concepción

Este homenaje incluye un mural que muestra al Santuario de Lourdes y Los Pirineos sobre María y Bernadette. Bajo ellas, instalaron un chorro artificial de agua que simula el manantial que Bernadette descubrió en el 1858 y los devotos ya lo consideran una especie de "agua bendita".

"Es una recreación... Hay gente que viene con sus botellitas, las llena y las lleva, yo siempre les digo que no se la tomen", advirtió el sacerdote.

Aun así, para seguidores de la Virgen de Lourdes como Ana, quien lleva 43 años prestándole culto, esta es un elemento de protección. Por supuesto, asocia su efectividad a su fe y no asegura que funcione de igual forma para alguien no creyente.

Para los creyentes penquistas, la gruta se transformó en un lugar esencial para la petición de favores y la reflexión personal. Como señaló el sacerdote Valbuena, "gente que tiene problemas familiares, económicos o de salud, viene aquí a rezar. A pedirle a la Virgen y se emociona, llora. Es un modo de expresarse cuando uno tiene alguna dificultad en la vida y se siente impactado. Hay mucha gente que vienes rezando, agradeciendo y llorando, también, pidiéndole a la Virgen que interceda ante el Señor para concederles una gracia".

La capilla que alberga a este hito abre todos los días a las 08:00 horas y recibe a personas de todas las edades. Especialmente madres, abuelos, y jóvenes, que "cuando viene la época de los exámenes vienen mucho a rezar y a pedir", indicó Valbuena. Desde su ubicación en Lincoyán 255, la Iglesia Santo Domingo celebra una misa a la Virgen de Pompeya los jueves y los domingos realizan la tradicional eucaristía.

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