El "brillante porvenir" de Juan Sufán: Lustrador de zapatos lleva 58 años en la Plaza de Concepción
Don Juan Sufán lleva 58 años trabajando como lustrador de zapatos en Concepción. Desde su banca en Plaza Independencia, el hombre practica un oficio cada vez menos popular. Aun así, hace brillar al calzado de su clientela fiel, recibiendo a generaciones de padres, hijos y nietos.
Nacido en el pueblo de Rafael, Sufán migró hasta Tomé y luego a la ciudad penquista, donde aprendió de un colega mayor la labor que sustentaría el resto de su vida. El lustrador recuerda esa época con melancolía, cuando "si uno quería juntar sus moneditas, las juntaba".
Actualmente, a sus 74 años sigue dedicándose a lustrar botas y zapatos, un trabajo que le lleva alrededor de 10 minutos y que realiza metódicamente. Con habilidad, ubica el calzado sobre su cajón, deshace los cordones atados y lustra con tinta y pomada.
El oficio le dio frutos, logrando completar sus estudios, ahorrar, formar una familia y criar a sus hijos, por lo que no planea dejarlo, aunque ya tenga su jubilación. "Mis hijos me dicen 'papi, ya está bueno', pero yo les digo, no, tengo que seguir trabajando", señaló don Juan, que apodó su negocio como "el brillante porvenir".
Según explicó, "aquí converso con el cliente, me distraigo. Si estoy en la casa no cierro. Entonces uno tiene que moverse hasta que Dios diga 'hasta aquí llegaste nomás". Así que se mantiene en su puesto en la Plaza Independencia de Concepción, cobrando $2000 por lustrada entre las 09:00 y 15:00 horas.
Una vida como lustrador de botas: La evolución de don Juan Sufán en Concepción
En el 1949, Juan Esteban Sufán Muñoz nació en Rafael, un pueblo cercano a Tomé, en la región del Biobío. Su madre lo dejó a él y uno de sus hermanos en la comuna costera junto a sus abuelos, tras lo cual decidió mudarse a Concepción.
"Llegué aquí como a los 12 años", recordó el lustrador. Lo trajeron hasta el primer Hogar de Tránsito Menores de Carabineros de Chile, fundado en el 1960 tras el terremoto en la antigua 5ta Comisaría de Barrio Norte. "Ahí estudiábamos y salíamos a lustrar un brote de diez, más o menos, aquí en la plaza. Con uniforme y todo de carabineros", señaló.
Se mantuvo en la residencia hasta los 15 años, aproximadamente, "ahí salí a lustrar por las mías y gracias a Dios me fue bien. Aprendí a hacer lo bueno, no lo malo y me fue bien".
También precisó que creció en la época adecuada para sustentar una vida con el oficio de lustrabotas. Uno de sus colegas le ayudó a sacar una libreta de ahorros e independizarse en una pequeña pieza. "A la edad de 16 años vine a conocer la cama, una camita buena como para tirar mis huesitos", comentó contento.
Como miembro del Sindicato de Lustrabotas de Concepción, una asociación con más de 100 años de tradición, pudo completar sus estudios escolares. Mientras cumplía sus clases nocturnas conoció a su esposa, Liria Hortensia Inal, con quien formó una familia y ya superaron los 40 años de matrimonio.
Nostalgia por la industria del calzado chilena: "Se está acabando esto"
Como un trabajador del calzado, Juan Sufán no solo nota la disminución de lustrabotas en Concepción, sino que la reducción en la calidad de los zapatos.
"Se está acabando esto, nosotros éramos 42 lustradores en el Sindicato, ahora ya quedamos 7", lamentó el lustrador. Agregando que ofrecieron ingresar a los interesados, pero "ya no se entusiasman por esto. Yo creo que puede morir o puede que lleguen otros".
Sufán también relaciona el déficit del oficio a la paulatina desaparición del calzado de origen chileno. "Los zapatos de Guante eran buenos, un buen cuero. Gacel también, Albano, un buen zapato, pero ya no se ven. Ya quebraron la industria", precisó. Las tres fábricas cerraron sus puertas entre el 2018 y el 2019.
Él mismo mantiene unos zapatos Guante de cabritilla hace 20 años, al igual que muchos de sus clientes. Según explicó, "los cuidan, por eso vienen aquí a lustrárselos porque se les mantiene el cuero. No como en la casa donde les echan cualquier cosa. Un cuero bueno hay que tratarlo".
Por el contrario, describe al calzado más común, comprado en el retail y de origen chino, como "puro zapato plástico, sintético y malo".
Con 58 años de trayectoria el lustrador Juan Sufán sigue en Concepción
A lo largo de casi seis décadas, don Juan Sufán enfatiza que "a mí siempre me gusta hacer mi pega bien, así uno mantiene al cliente. No me gusta hacer una cosa rápida, me gusta que queden conformes. Ese cliente vuelve y me trae a otro. Un padre trae al hijo, un abuelo trae al nieto, va por generación".
Ya tienen sus clientes históricos, que llegan, lo saludan por su nombre y conversan casualmente en los 10 minutos que suele demorarse lustrando. Actualmente, mantiene el costo en los $2000, precio que fija el Sindicato porque "todos tenemos que cobrar lo mismo".
También acredita su ánimo a una profunda fe en Dios, ya que "uno tiene que salir con él y llegar con él". A punta de esfuerzo, don Juan Sufán lleva 58 años como lustrador de botas y zapatos en la Plaza Independencia, transformándose en un personaje histórico para este oficio en Concepción.
Revisa más noticias de la Región del Biobío. Síguenos en Facebook y en Instagram para más información y fotografías de la contingencia del Gran Concepción y Chile.