Arturo Iribarren, histórico taxista de Concepción lleva 54 años al volante: "Me cuesta pensar en dejarlo"
Fotografía: Va a cumplir 54 años como taxista, Arturo Iribarren es un hito del rubro en Concepción. Foto: Sabes.cl

Arturo Iribarren, histórico taxista de Concepción lleva 54 años al volante: "Me cuesta pensar en dejarlo"


Por Patricia Castillo | 24 Enero 2024 16:38
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Arturo Iribarren es reconocido como el taxista más antiguo de Concepción, con 54 años de experiencia en el rubro. "Es un trabajo inestable", señaló el conductor de 86 años, pero su carácter servicial, el deseo de estar activo y el cariño por el auto lo mantienen en su puesto.

La mayor parte de su vida profesional la dedicó al transporte. Empezó como administrativo en la Estación de Ferrocarriles, cuando en el 1969 adquirió su primer auto. Por casi veinte años cumplió con ambos trabajos de día y noche para sustentar a su familia.

"Yo salía a las seis de mi trabajo, me iba a la casa, tomaba once y después manejaba hasta las una o dos de la mañana, porque tenía dos hijas en la universidad. Y al otro día, a las seis de la mañana en pie", recordó Iribarren.

Ha pasado por varios autos en sus décadas de servicio, pero hoy estaciona su Nissan V16, pintado con los clásicos negro y amarillo, en el Paradero Catedral. Suele preferir su lugar en Barros Arana, frente a Plaza Independencia, y también para en Caupolicán, a las afueras del Banco Itaú.

Tras cinco décadas de servicio, se considera un conductor siempre preparado para los gajes del oficio y, según señaló Arturo, solo una vez le pasaron un parte, en los 70. Hasta hoy, mantiene una buena vista, una mejor salud y sus valores: seguridad, prudencia y un buen trato.

taxista Concepción taxi Catedral
Aunque hace menos carreras que antes, Arturo sigue estacionándose entre lunes y viernes, a veces los sábados. Foto: Sabes.cl

"El taxista no es como antes": La historia de Arturo Iribarren en Concepción

Nacido en el 1937, Arturo Iribarren Castillo se describe como "nacido, criado y echado a perder en Concepción", bromeó. Un penquista de tomo y lomo, en su taxi ha recorrido la inmensidad de la provincia, haciendo sus carreras más largas hasta el Maule y Ñuble.

Desde el año 1959 trabajó como administrativo en la Estación de Ferrocarriles, cuya sede antigua estaba en la actual Gobernación Regional, en tracción y maestranzas. La empresa lo distinguió como el mejor funcionario y les costó dejarlo ir en el 86, cuando jubiló.


Iribarren, cristiano católico, lleva 60 años casado con Elisa Alegría Moreno, con quien tienen tres hijos, y lamenta que su carrera en transportes lo ausentó de su familia. "A veces pasaba dos o tres días que no veía a mis hijas, estaban chiquititas. No las veía por trabajar, había que moverse", indicó Arturo.

A pocos años del fin de la dictadura se dedicó por completo a su vehículo, siendo parte del Sindicato de Taxis Independientes de Concepción. En esa época, indicó que "pasé susto. Murió mucha gente inocente por pensar diferente y otros por maldad. Por rencillas que tenían con sus vecinos que los acusaban de comunistas". El regreso de la democracia fue un alivio y desea que "se mantenga, no por mí, sino por la juventud".

Desde que empezó como taxista en el 1969, solo perduran dos de sus contemporáneos en Concepción. Hoy goza de una reputación respetada entre los más jóvenes, pero indicó que "el taxista de ahora no es como el de antes. Ahora el taxista es comercial, no es el que se sentía orgulloso, para que habían muchas exigencias".

Aunque la mayoría de sus clientes tiene su número personal, también pueden contactar el número de Taxi CatedraL.

Un taxista con experiencia: El avance de este oficio en la ciudad penquista

La historia de Iribarren no es solo suya, es la progresión de un oficio cada vez más escaso, duro y arriesgado. También es el crecimiento una ciudad, un Concepción más desarrollado, pero según su percepción, menos amigable.

Aunque ha sustentado 50 años de carrera, "es un trabajo inestable, es como la vida. Hoy día tengo el auto, mañana no sé si lo tengo", señaló Arturo, apodado Arturito por sus colegas. A través de la Subsecretaría de Transportes logró que su Nissan del 2008 esté activo por tres años más y debe renovar su licencia anualmente.

Desde sus inicios, solo recuerda haber sido víctima de dos incidentes criminales, ambos recientes. En el 2017, un pasajero tomó una carrera y, afortunadamente, le robó una suma de dinero menor.


Luego, en el 2021, dejó su auto estacionado y una corazonada le avisó, antes de verlo desaparecido, que lo habían robado. La suerte lo acompañó y Carabineros pilló el vehículo en San Pedro de la Paz, con un intento de robar la radio y el taxímetro. El auto luce unas pequeñas medallas de la sustracción, pero se mantiene impecable.

Para su oficio, siente que "la ciudad ha crecido con irresponsabilidad. Lo digo con mi edad, antes me decían 'vaya a buscarme a Barros Arana 1510' y uno iba. Ahora me dicen lo mismo, pero no encuentro el lugar, no tienen número".

Sin embargo, reconoce que "se identifican más las calles, por ejemplo. La iluminación es mucho mejor. La época es mejor, pero hay más riesgos. Ahora ha perdido Concepción con la delincuencia".

Concepción taxista
Empezó con un Chevrolet en el 1969 y ahora, Arturo Iribarren conduce un Nissan V16 2008.

"Uno se encariña": Arturo Iribarren no piensa dejar de ser taxista

A estas alturas de su trabajo, para Arturo Iribarren es nostálgico pensar en su futuro como taxista. Entre recuerdos, mencionó que "de mi compañeros, de lo que estaban cuando yo ingresé, ya quedan dos que eran chóferes. Y los demás, todos fallecidos. Todos fallecidos hace tiempo ya era gente mayor".

Agradece a Dios por la suerte y la vitalidad para continuar activo, algo que prefiere en vez de quedarse en su casa. Debido a esto "me cuesta pensar en dejarlo porque uno se encariña", señaló, aun cuando reconoce que "era sumamente sacrificado".

Por lo mismo, considera que lo más importante es esforzarse en estudiar. "Le aconsejo a la juventud que estudie, que tenga un título que, a donde vaya se lo pueden llevar. La plata es como jabón, resbalosa", concluyó Iribarren.

Con sus 54 años activo en Concepción, Arturo Iribarren se consagró como el taxista más longevo y uno de los más respetados de la ciudad penquista.


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