Editorial: Caso Salar de Atacama, hubo ansiedad del Gobierno

Este Gobierno no ha sido lo que muchos pensaron. Así lo cree la oposición y así también lo creen los propios partidarios de esta administración.

En este contexto creemos hay cierta ansiedad en el Ejecutivo por demostrar efectividad en sus acciones. Apenas tienen una buena noticia en sus manos la dan a conocer de inmediato, la publicitan y la cantan a los cuatro vientos y este apresuramiento puede ser peligroso.

Esto es probablemente lo que sucedió con el caso Codelco-Soquimich. El convenio con la minera privada es a 60 años y dejó como dueño del negocio al Estado de Chile con el 50% más uno de las acciones.

El Gobierno aparentemente se apresuró en dar a conocer esta noticia. De inmediato surgieron voces, primero de manera tímida de algunas organizaciones ambientales dando cuenta del impacto que se iba a producir en el salar (recordemos que algunas porciones de este lugar tienen protección jurídica medioambiental como la Reserva Nacional Los Flamencos) y más tarde levantaron la voz las agrupaciones indígenas.

Esto fue creciendo de tono al punto que los últimos días hubo tomas de caminos de integrantes del Consejo de Pueblos Atacameños, lo que finalmente derivó en la suspensión de los trabajos de Soquimich en el Salar. Tras la paralización de las obras la tensión ha bajado pues se ha prometido gestionar una reunión con el propio Presidente de la República.

Esto claramente es un error no forzado el actual Gobierno. Sobre todo para esta administración que ha señalado ser feminista, medioambiental y con un profundo respeto de los pueblos originarios.

¡Como no agotar todas las instancias para evitar estas movilizaciones...eso es ansiedad!

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