A dos años de su puesta en marcha: El balance del Proyecto FIC Mype
El trabajo mancomunado entre tres casas de estudio, cerca de 1.200 micro y pequeñas empresas beneficiadas y una inversión pública de más de 3 mil millones de pesos, son algunas de las cifras que dejó el Proyecto FIC Mype “Apoyo a la revitalización económica de la micro y pequeña empresa en la Región del Biobío”. Esta iniciativa es liderada por la Universidad de Concepción y financiada gracias al Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional del Biobío.
Sus más de 10 años de experiencia como ingeniera de proyectos y asesora estratégica de importantes instituciones ligadas al emprendimiento y la innovación, le han permitido a la directora del programa, Michelle Tobar, llevar a cabo con éxito un proyecto sin precedentes en cuanto a su dimensión y naturaleza.
En entrevista con Sabes.cl, la profesional ahondó en los dos años de trabajo intenso, en los que lideró a un equipo comprometido con apoyar a la recuperación económica de las y los emprendedores del Biobío que se vieron afectados por la pandemia.
¿Cuál es el balance de estos dos años de trabajo liderando el proyecto?
Para un proyecto de este alcance ninguna planificación es suficiente. Hubo que enfrentar muchas dificultades propias de la ejecución de iniciativas como esta. Además de la exigencia natural que implica armar equipos de trabajo de alto desempeño y comprometidos no sólo con los indicadores de cumplimiento del proyecto, sino también con el impacto social que este perseguía.
Luego de dos años de trabajo puedo decir que me siento profundamente satisfecha de que ambas cosas se hayan cumplido. No sólo logramos con creces los objetivos del proyecto, sino también (y más importante aún) trabajamos por ser un aporte concreto para muchas mypes que vieron en este proyecto la posibilidad no solo de reactivar sus negocios, fortalecer sus capacidades y recibir apoyos concretos que van más allá de lo económico.
¿Qué momentos considera han marcado la historia del programa?
Sin duda, el primero fue la altísima convocatoria que tuvo nuestro programa, fuera de cualquier pronóstico, incluso de los más optimistas. El proyecto contemplaba originalmente seleccionar 900 beneficiarios, y esperábamos con algo de miedo lograr una cifra de postulaciones que lo permitieran. En total, tuvimos más de 2.829. Esta fue una grata sorpresa, y un bello desafío que a la vez nos impuso una tremenda responsabilidad. Porque claramente las expectativas eran altas, y así lo advertimos también al momento de realizar los lanzamientos del programa en cada una de las tres provincias.
Otro de los momentos especiales fue cuando el GORE nos plantea la posibilidad de ampliar el financiamiento del programa para poder abordar una mayor cantidad de beneficiarios. Esto nos alegró mucho porque era una oportunidad de beneficiar a un nuevo grupo de mypes que había postulado esperando ser seleccionados. Pero, que por un tema de recursos disponibles no había sido posible. Esto, además, fue una muestra de que estábamos realizando un buen trabajo, sentimos que la propuesta del Gobierno Regional había sido un reconocimiento a la ejecución de un trabajo serio, con foco en las mypes y donde nuestra vocación universitaria de formación hacia la comunidad era nuestra principal motivación.
Por lo anterior, hay que destacar que para las mypes seleccionadas en esta nueva etapa, la noticia de adjudicación del proyecto fue tan sorpresiva, como gratificante. Ya que había pasado mucho tiempo desde la postulación y por tanto fue, como muchos manifestaron “una bendición”.
¿Qué capacidades se lograron instaurar en las cerca de 1.200 mypes beneficiadas?
Las micro y pequeñas empresas participantes recibieron los beneficios asociados al Programa FIC Mype, esto es:
Todas invirtieron los recursos económicos que recibieron del programa, en la realización de las compras necesarias para reactivar sus negocios. Todas ejecutaron el programa básico de capacitación que incluyó tópicos de gestión para sus mypes. Y todas accedieron al programa de capacitación en temas de digitalización y casi un 75% de ellas implementaron al menos una de las herramientas que conocieron.
En suma, las mypes beneficiarias no sólo recibieron una suma de dinero que pudieron destinar a inversión en insumos o equipamiento para sus negocios. Sino también finalizaron el programa con capacidades instaladas que les permitirán potenciar sus negocios y sus capacidades emprendedoras a través de una serie de activos digitales, herramientas de gestión y redes de comunicación y marketing para sus empresas.
Dejando atrás la pandemia y el estallido social ¿Cuál considera que es el desafío al que se enfrentan hoy estos emprendedores y emprendedoras?
El principal desafío es hacer crecer sus negocios. Enfrentar con mayores herramientas las barreras y dificultades que el entorno impone sobre todas las empresas. Especialmente al segmento de mypes, que sin duda son las más débiles porque carecen de herramientas adecuadas para un contexto cada vez más dinámico, tecnologizado y competitivo. El desafío es ser capaz de adaptarse y crecer utilizando las capacidades entregadas por nuestro programa y todas aquellas que espero sigan absorbiendo a futuro.
El Programa FIC Mype buscó también potenciar su confianza como empresarios, convencerlos de perder el miedo a la tecnología, a la innovación y al aprendizaje en general, independiente de su edad, de su rubro o de su lugar de residencia. Muchos nos demostraron haber internalizado aquello, esperamos que esto se refleje en que disminuya su resistencia al cambio y aumente su disposición a salir de la zona de confort para aprovechar así las oportunidades que se les presenten.
En términos de contribuir a la descentralización ¿Cómo fue trabajar con mypes de las tres provincias de la Región? ¿Qué rol jugaron los ejecutivos en este sentido?
Fue complejo, pero gratificante. Nuestras mypes beneficiarias pertenecían a las 33 comunas de la Región del Biobío. Por lo tanto, hubo que replicar cada actividad, cada propuesta, cada iniciativa, en zonas geográficas muy diversas, cubriendo largas distancias y condiciones propias que complejizan la comunicación, el acceso y la cercanía a los beneficiarios.
En este contexto, el rol de los ejecutivos fue primordial, ellos fueron la cara visible del proyecto ante los beneficiarios. Tal como mencioné anteriormente, desde el inicio ellos jugaron un papel fundamental, entregando la confianza necesaria a los emprendedores, logrando por una parte que creyeran en nuestro proyecto. Y por otra levantando información crítica que permitiera al equipo directivo tomar las decisiones más adecuadas y oportunas para hacer llegar nuestra propuesta de valor.
Cada provincia, cada comuna es un mundo distinto, por tanto, como proyecto, realmente vivimos la descentralización. Las formas de hacer negocio no son las mismas, la manera de relacionarse con sus proveedores, los lazos que crean con sus clientes, etc. Todos estos factores van dando origen a modelos de negocio muy diferentes entre sí. Para los cuales debíamos adaptar nuestra propuesta, ya que esto hacía que las mypes exigieran de nosotros distintos esfuerzos.
¿Qué ha sido según su percepción lo más gratificante en términos profesionales de este proceso?
En mi caso, al igual que quienes me acompañaron en el equipo directivo del proyecto, habían años de experiencia trabajando con micro y pequeñas empresas. Por tanto, sabíamos lo importante que era la ejecución de este proyecto para ese segmento empresarial. Sin embargo, tuvimos la posibilidad de liderar una iniciativa sin precedentes, con un impacto gigante y concreto. Además, nos colaboraron dos grandes casas de estudio regionales, lo que nos permitió crear sinergias que pusimos a disposición de los beneficiarios.
El desafío no sólo estuvo en la ejecución propiamente tal del Programa Mype, sino en la planificación de lo que sería la convocatoria que daría origen a él. Elaborar un sistema de postulación adecuado para las micro y pequeñas empresas, crear una metodología de evaluación y selección de las postulaciones que diera la posibilidad a empresas que nunca habían logrado “ganar” alguna convocatoria porque los factores de evaluación distaban mucho de su realidad. Utilizar un canal amigable e intuitivo donde pusiéramos a disposición de las empresas contenidos, videos y material adecuado para su formación en gestión, elaborar una plataforma comunicacional y de difusión comercial donde las mypes encontraran una vitrina para sus negocios, etc. En suma, llevar adelante una iniciativa que tal como lo señalamos desde un inicio, tuvo el espíritu de apoyar aquellas mypes que seguramente por sí solas no habrían podido salir adelante y reactivar con éxito sus negocios.
Como una forma de seguir potenciando y visibilizando a las mypes participantes, el equipo detrás del proyecto implementará un marketplace que les permitirá a los emprendedores mostrar sus productos y servicios de manera accesible y atractiva. Pequeños negocios familiares, productos artesanales, servicios innovadores y un completo recorrido por el sector turístico y gastronómico de cada una de las comunas que componen las tres provincias, son algunos de los atributos de este espacio comercial disponible en ficmypeudec.cl/mypes/.
De esta manera, el Proyecto FIC Mype “Apoyo a la revitalización económica de la micro y pequeña empresa de la Región del Biobío” llegará a su fin dejando un legado invaluable para las cerca de 1.200 familias pertenecientes a las provincias Concepción, Arauco y Biobío. Estas fueron beneficiadas con herramientas y financiamiento para impulsar una nueva etapa en sus negocios.
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