Sabes Arqueología 5: Descubrimos el nuevo sitio "Las Piedras de Palinco" en Rere
Hasta ahora en Sabes Arqueología lo que hemos hecho ha sido confeccionar un listado con sitios arqueológicos algunos conocidos y otros no tanto; visitarlos y contar su historia.
Pero hemos dejado lo mejor para el final. Esta vez no conoceremos un sitio que ya ha sido descubierto y sobre el cual hay investigaciones. Hoy correremos el riesgo de ir a un lugar que se nos ha dicho podría tener interés arqueológico, pero sobre el cual no se ha escrito nada, de hecho, ningún arqueólogo lo ha visitado.
A continuación nota audiovisual del canal de Youtube de Sabes.cl
Punto de partida en Rere
Rere es un pueblo que alguna vez fue más importante incluso que la ciudad de Los Ángeles. Sus lavaderos y minas de oro lo volvieron un sitio que despertaba mucho interés de los españoles. Está ubicado entre las comunas de San Rosendo y Yumbel.
Este es nuestro punto de partida. Aquí nos encontramos con Loreto Bermedo. Ella es una mujer enamorada de su pueblo, de su gente y de su historia. Absolutamente autodidacta, durante años ha investigado todo lo relacionado a Rere.
"Me interesa este tema, porque es una parte de la historia -nos afirma Loreto- Rere tiene muchas historias en lo cultural, en lo patrimonial y también están los vestigios", como los que vamos a conocer.
Loreto nos contactó pues supo por parte de algunos agricultores de la zona de la existencia de una extraña piedra, que estaría tallada y que los lugareños la conocen como las "Costillas del Diablo" (nuevamente el tema de las historias populares como en las cuevas de Quilmo).
"Está acreditado que el sitio tiene un valor -nos asegura Loreto - no son rocas con un tallado natural sino que, no se cual es el nombre técnico pero, que hubo intervención humana que la hicieron", afirma antes de iniciar viaje.
La primera foto a la que tuvimos acceso llamó de manera notable nuestra atención, definitivamente no era posible que la piedra adquiriera esa forma de manera natural.
Las piedras tacitas
Tras nuestro primer encuentro en Rere iniciamos la marcha en búsqueda de la misteriosa roca. El lugar está en medio de una plantación forestal como decenas de sitios arqueológicos. Y no se puede llegar sin un guía que conozca bien el lugar. Por lo anterior, pasamos a buscar a don Diógenes Policarpo Conejeros Moreno, más conocido como el Polo.
"Siempre escuchaba yo que en ese lugar estaban las costillas del diablo. Ese era el comentario que tenía la gente y un día con otro joven o niños como yo de esa época fuimos a mirar y ahí vi yo la cuestión. Yo le estoy hablando del año 1976".
Nuestra visita coincide con un día soleado, pero había llovido hace poco lo que nos obliga a dejar el móvil de lado y sencillamente caminar y por varios kilómetros.
Tras unos 40 minutos subiendo y bajando cerros logramos dar con nuestro primer hallazgo, que de paso nos confirma la presencia humana antigua en estos lugares.
Se trataba de una roca plana que en su centro tenía un orificio de unos 20 centímetros de diámetro y unos 5 de fondo, se trataba de una "piedra tacita".
El arqueólogo Pedro Andrade tras analizar este hallazgo confirma que esto no es natural: "¡No! Si fuera natural tendrías miles de oquedades igual, si esto lo hubiera causado la lluvia. El círculo es perfecto", nos afirma con seguridad.
Las piedras tacitas son famosas y según el Consejo de Monumentos Nacionales; "son restos arqueológicos característicos de la zona central de Chile, que habrían sido elaborados por pueblos cazadores recolectores hace más de 10.000 años".
"En general, se ubican en espacios asociados a un uso ritual, aunque se estima que habrían sido empleadas fundamentalmente para la molienda de semillas, lo que daría cuenta del impacto del cambio climático en las costumbres humanas, pues esta técnica habría sido empleada para proveer de alimentación a las bandas recolectoras, tras el fin de la mega fauna", complementa.
Sabes Arqueología descubre nuevo sitio que era conocido como las costillas del diablo
Como lo habíamos dicho, este capítulo de Sabes Arqueología es distinto, pues estamos en la búsqueda de un sitio que hasta ahora no figuraba en la literatura. Ningún arqueólogo lo había visitado. Somos el primer equipo que llega a este lugar.
Cuando arribamos a la roca, de inmediato notamos que no es posible que estos trazos los haya hecho la naturaleza. Evidentemente quienes visitaban este lugar hace probablemente miles de años hicieron estas marcas por alguna razón.
El asesor de Sabes Arqueología Pedro Andrade afirma sin dudarlo que esto es obra humana. Tras unos minutos fueron apareciendo otras rocas similares. "De los que vimos; estoy seguro que dos piedras con surcos son de origen cultural. Otro que es la piedra tacita que también es de origen cultural y hay otras dos donde estoy más o menos dudoso. Pero sin duda hay obra humana, hay intervención antrópica sobre esas piedras con fines que no conocemos. Probablemente rituales que claramente muestran una intervención sobre el espacio", nos afirma.
Informe al Consejo de Monumentos Nacionales
Cumplimos nuestro objetivo. El equipo de Sabes Arqueología ha descubierto un nuevo sitio arqueológico, por lo tanto, tenemos la obligación de informar al Consejo de Monumentos Nacionales de su hallazgo y el honor de bautizar este lugar.
Sobre el nombre que pondremos a este lugar Andrade señala: "lo consultamos con don Polo y Loreto y definimos que este lugar se va a llamar Las Piedras de Palinco. Obviamente tal como establece la legislación vigente, nosotros tenemos que dar aviso al Consejo de Monumento Nacionales con la fotografías que tomamos, la ubicación y las coordenadas para que el Consejo oficie al propietario y se tomen los resguardos para la protección de este monumento histórico", concluye el profesional.
Ya en el final de este proyecto queremos manifestar la necesidad de que en Chile sepamos respetar nuestro patrimonio. Es inconcebible que para proteger nuestros sitios arqueológicos debamos esconderlos como lo hemos hecho en este espacio. El camino debiera ser ponerlos en valor, hacer entender a la gente que estos lugares son importantes, porque son parte de nuestro pasado y si no sabemos de dónde venimos no sabremos para donde vamos.
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