Editorial: La comodidad del Estado de Excepción constitucional en la macrozona sur

Hace un par de días el subsecretario de Defensa afirmó en el Biobío que seguirán solicitando el Estado de Excepción constitucional para la macrozona sur. Esto a pesar de ser una medida que no les gusta.

Hay una contradicción vital en lo que señala Ricardo Montero y lo que ocurre en la práctica, ya que la medida cumplió dos años funcionando y la verdad de excepcional no tiene nada. Hoy la presencia de militares o más bien soldados infantes de marina para la región del Biobío apoyando las labores policiales es la norma y no la excepción.

Montero afirmó que este es un “trabajo que dura más de lo que nos gustaría. A nosotros no nos gusta el Estado de Excepción Constitucional como una herramienta permanente, pero entendemos que es bien necesario y es por eso que como Gobierno lo utilizamos”.

El mal llamado estado de excepción ha servido claramente a los intereses del ejecutivo, al menos se ha disminuido el número de atentados (el primer año bajo casi un 40%) lo que no ha disminuido es la virulencia de los ataques que parecen haber en realidad aumentado.

Hasta ahora este gobierno no ha podido ofrecer al país una alternativa funcional para resolver los problemas de fondo de este asunto, tal es las reivindicaciones de los pueblos originarios. Usted dirá que esta está la Comisión por la Paz, pero la verdad esta es una idea que se viene repitiendo desde el Gobierno del presidente Aylwin y nunca se han conseguido avances significativos.

Hoy el estado de excepción, aunque el gobierno no lo quiera reconocer le es cómodo, de manera paralela se ataca el tema judicialmente, prueba de ello es que la familia Llaitul casi en su totalidad está en prisión preventiva.

Pero todos sabemos estas medidas no van a solucionar el problema, en buen chileno solo lo estamos "chuteando para adelante".

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