Sabes Arqueología 2: Los petroglifos de Villucura
Continúa la saga de Sabes Arqueología. Hoy conoceremos los tesoros arqueológicos de Villucura, una localidad rural que pertenece a la comuna de Santa Bárbara en la zona precordillerana de la Región del Biobío.
¿Qué hay en este lugar? Petroglifos, es decir marcas, dibujos en una roca, que dejaron los primeros habitantes de esa zona.
A continuación puedes ver una nota audiovisual publicada en el canal de youtube de Sabes.cl
Roca de Villucura: el marcador espacial en el territorio
Es difícil afirmar cuáles son los petroglifos más famosos en el mundo. Para contextualizar nos referiremos a un par en Europa y América.
Se trata de la colección de arte rupestre más grande del mundo con más de 200 mil petroglifos tallados sobre roca en diferentes áreas.
En Venezuela, destacamos los petroglifos de Cerro Pintado que contienen 93 grabados en un perímetro de 300 metros cuadrados.
Estos son algunos de los petroglifos más grandes del mundo /Foto: https://phys.org/news
Bajando ya a la Región del Biobío, en Chile, los más famosos son los del Cerro la Costilla en Hualqui. Estas huellas de los indígenas han dado pie a toda una serie de teorías sobre los límites de la invasión incaica a Chile.
Hoy conoceremos los petroglifos de Villucura ubicados en la comuna de Santa Barbara.
Como ya hemos advertido, en estos espacios no daremos a conocer las ubicaciones de los sitios. Solo diremos que está a metros del río Duqueco. En medio de un terreno particular y en una extensa llanura encontramos una gigantesca roca.
A finales de los años 60 el reconocido precursor de la arqueología en Chile, Julio Montané, publicó los resultados de su investigación en el sector y anunció al mundo la existencia de este sitio maravilloso.
Montané encontró en una planicie una roca de 14 metros de alto, 18 de ancho y 20 de largo y que claramente representa un hito en el territorio.
Visitamos el lugar junto el arqueólogo de la UdeC Pedro Andrade: "Esto a diferencia de lo que conocemos en otros lugares como La Costilla no está picoteado, está pintado - señala- es pintura y lamentablemente con la lluvia de esta zona ha hecho que se vayan perdiendo. Montané a finales de los 60 tiene muchas más pinturas".
El arqueólogo Pedro Andrade relatando las figuras que aún son visibles en la roca de Villucura/Sabes.cl
Este lugar evidentemente era utilizado por los primeros habitantes para refugiarse de las condiciones meteorológicas o para hacer alguna ceremonia. Nadie tiene certeza de esto, pero claramente pasaban largos espacios de tiempo al lado de esta roca, tiempo que les permitió retratar sus historias.
Petroglifos de Villucura: Al lado de un corral de chanchos
"Acá lo más probable es que la gente se parapetara, se guareciera de la lluvia -nos afirma Andrade- de hecho, hay algunos sectores abajo de la piedra donde todavía está tiznada, entonces lo más probable es que hayan hecho una especie de fogón. Si escarbáramos aquí lo más probable es que encontraríamos materiales arqueológicos. Esta piedra es un marcador espacial y se sacraliza a través de este espacio de arte rupestre que tampoco es tan común en la zona", afirmó el profesional.
No podemos dejar de mencionar una cuestión que llamó la atención de este equipo de Sabes.cl. Este sitio arqueológico hoy está emplazado al lado, literalmente, de un corral de cerdos.
Digamos que no es precisamente la mejor forma para el resguardo de este sitio, pero claramente los campesinos que aquí residen hacen su trabajo nada más, no entienden de estos temas. Quienes aquí viven siempre están en condiciones complejas, solo intentan criar a sus cerdos para la superveniencia.
Fuerte Príncipe Carlos
Dejamos la roca de Villucura maravillados con su historia. Montané recorrió también el río Duqueco y descubrió otros petroglifos, pero hoy su ubicación está perdida y probablemente bajo agua.
Si estamos en Villucura no podemos dejar de visitar el fuerte hermano de Ballenar en Antuco, se trata del Príncipe Carlos.
El emplazamiento prácticamente ha desaparecido. Si está el foso, que replica los castillos medievales, que estaban rodeados de agua, probablemente con un puente levadizo para acceder.
El antropólogo Ricardo Valenzuela se refiere a lo que sucedía dentro de estos fuertes: "Cada fuerte en si representaba una extensión del reino de España. Por lo tanto, tenía representantes de la corona española, pero también era un espacio de intercambio cultural".
Al igual que pasaba en el fuerte Ballenar este era un lugar de control de paso precordillerano.
Luis Toloza, Investigador Línea de Fuertes del Biobío afirma: "En Chile se construían dos tipos de fuertes. El padre Gabriel Guarda que fue un gran estudioso de este tipo de fortificaciones, habla que existían fortificaciones para el enemigo externo, que son aquellas que están para los enemigos del mar: ingleses holandeses, y otras para el enemigo interno, básicamente mapuches y pehuenches. Dado que ellos nunca usaron la pólvora encontramos fortificaciones mucho más precarias".
Y al igual que en Antuco había integración entre el mundo español y el indígena.
La licenciada en historia María Rebeca Sabag nos afirma que "si, desde ya la cosmovisión de ambos mundos, es como interesante ver en análisis en el espacio o esta relación del género con el rol de cada una de ellas en las culturas".
El fuerte Príncipe Carlos no ha recibido la declaratoria como monumento nacional, un procedimiento que ha demostrado ser demasiado lento, aunque los propietarios de este sitio específico han dejado una especie de faja de seguridad que no han plantado con monocultivos, imaginamos que es para proteger la zona.
Sabes Arqueología es un proyecto financiado a través de FFMCS 2023
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