Las visiones políticas de parlamentarios del Biobío de cara al medio siglo del Golpe Militar
El golpe militar de 1973 dejó una huella imborrable en quienes vivieron ese día y sus consecuencias, dejando hasta el día de hoy un legado difícil de borrar.
Para los parlamentarios del Biobío, este hecho los llevó a iniciar sus primeros pasos en política y también a definir el Chile que ellos querían para su futuro.
Para la diputada María Candelaria Acevedo (PC) significó una de las épocas más difíciles de su vida, de persecución, y que el 11 de noviembre de 1983 costó la vida de Sebastián Acevedo, su padre, buscando conocer el paradero de sus hijos, que habían sido detenidos por el aparato represor de Pinochet.
Mientras que el senador Gastón Saavedra vio como en su Talcahuano natal, la Armada articulaba las operaciones y seguridad para el buen desarrollo de las operaciones del régimen, así como sus amigos y conocidos partían al exilio.
En la otra vereda, estuvo el diputado Sergio Bobadilla (UDI), quien trabajó por la dictadura militar y valoró el legado que dejo en Chile lo obrado por Augusto Pinochet.
Una vida marcada por la dictadura
María Candelaria Acevedo venía viajando desde Coronel a Concepción cuando se produjo el Golpe de Estado, incluso, estaba en clases cuando la llegada de los militares era un hecho. “Pedí a dos personas que pasaban por la calle que me retirarán de clases, junto a una amiga y me fui a buscar a mi papá a su trabajo y no lo encontramos”, relata.
Esa noche del 11 de septiembre de 1973 la pasó en la esquina de Lincoyán con O´Higgins, donde se construía la Contraloría, junto a padre, Sebastián Acevedo. Recién, el día 12 pudieron volver a su casa en Coronel.
En esa época, la ahora parlamentaria, militaba en las Juventudes Comunistas “porque mis abuelos lo eran, por la casa de ellos pasaron Pablo Neruda, Luis Corvalán, entre otros”.
Uno de los momentos más complejos en la vida de Acevedo, ocurrió en noviembre de 1983, cuando ella junto a su hermano Galo son detenidos por la CNI y su padre ante la impotencia de no saber el paradero de sus hijos, se quemó a lo bonzo en el frontis de la Catedral de Concepción.
“Cerca de 50 integrantes de la CNI llegan a mi casa, y nos detienen. Me llevan a un centro militar en Playa Blanca, ahí me hacen de todo. Llega una persona que dice ser un cura, pero con botas de militar a la que le relato todo lo que pasó y me hacen firmar un papel en blanco, después me van a dejar a la casa. Allí me hermana me dice que mi papá se había quemado en Concepción”, dijo.
Como pudo, María Candelaria llegó hasta el Hospital Regional penquista y pidió ver a su padre, pero solo pudo conversar por citofono. “Tenía el 95% de su cuerpo quemado, pidió que me quedara con los recuerdos más lindos. Para confirmar que era yo, pidió que le dijera como me llamaba cuando chica. Mi papá me pidió cuidar a mi familia, creo que lo he hecho bien”.
Horas más tarde, Sebastián Acevedo muere, tanto al velorio como al funeral de su padre, debió asistir en compañía de abogados para evitar su detención.
Ahora, a 50 años del Golpe Militar, cree que “podemos tener diferentes visiones de lo que fue el gobierno del Salvador Allende, en los últimos días hemos conocidos antecedentes de la intervención de Estados Unidos en esto, pero hoy vemos en otros países que los golpes de Estado se dan en el Congreso”.
“Lo que no nos puede dividir, lo que no podemos relativizar es lo que ocurrió del 73 en adelante, la desaparición, la tortura, los ejecutados políticos, la gente que se fue al exilio, los relegados, los exonerados, eso no lo podemos permitir nunca más. Yo no le tengo odio a nadie, pero me da pena la miseria humana”, cerró.
“Siempre debe existir espacio para el diálogo democrático”
El senador Gastón Saavedra al momento del Golpe Militar era estudiante de 3° medio del Liceo Industrial de Higueras.
“Me recuerdo de la muerte de generales que ocurrieron antes las dificultades que tuvo el Presidente Allende para poder asumir, los camioneros, que estaban atrincherados y amotinados en un paro contra el gobierno del presidente Allende y contra Chile, al final del día es la dificultad para tomar el transporte y había que ir a comprar las cosas porque escaseaban y había que hacer colas en los lugares“, afirmó.
Saavedra define al periodo de la Dictadura como “años muy duros, tuvimos la privatización de las empresas, huelgas en otras, no hay un buen recuerdo. Y para que mencionar el crash económico”.
El senador durante este periodo afianzó su lucha política, ingresando al Mapu, donde conoció a otros personeros políticos, como Marcelo Rivera, Humberto Toro, entre otros. “El sentimiento rebeldía juvenil que se trunca, un proceso de cambio que veníamos alentando. No hubo no la cantidad de armas que supone la derecha porque esto hubiera sido otra cosa. Pero se fracturó esa unidad social y política del pueblo para derrotar y eso fue dramático. Después vinieron los hechos del Melocotón y todo los demás pero ya con un manotazo de ahogado más que de una conducción política”.
A 50 años del Golpe, Saavedra considera que “Hoy día, hay fuerzas políticas emergentes que han ido también teniendo un proceso de reflexión gradual, porque surge estas ideas de a 50 años tener un consenso en el país. Por lo tanto, de una vez por todas para superar las crisis que pueden haber en la democracia, siempre hay espacio para el diálogo democrático, hay espacio para la divergencia, pero también para el acuerdo y por tanto debe haber un rechazo explícito al golpe de Estado”.
“Chile el 73 tenía una disyuntiva, caer en una dictadura comunista o en un Gobierno Militar”
Otro que era un joven estudiante al momento del Golpe Militar es el diputado Sergio Bobadilla (UDI), quien en ese entonces, estudiaba en el Liceo Industrial de Concepción.
Sus recuerdos del día 11 de septiembre de 1973, eso sí, evocan los días previos, a las filas para comprar alimentos, para el transporte y otras situaciones. “Mi familia nunca se metió en política, pero siempre estuvo por el orden, el cumplimiento de las normas y una familia de clase media, de sacrificio, donde el esfuerzo y la retribución puedan tener la compensación producto del trabajo. Yo diría que fueron tiempos muy complejos para los ingresos familiares; no había trabajo y conseguir la alimentación para el día era muy difícil”.
Tras la llegada de Pinochet al poder, Bobadilla comenzó a participar del Gobierno Militar, en la otrora “Secretaría de la Juventud”, en donde tuvo la oportunidad de conocer al dictador, e incluso ser condecorado por Pinochet.
“Se creó un gran movimiento de jóvenes a nivel nacional, que adheríamos al Gobierno Militar. Chile el 73 tenía una disyuntiva, caíamos en una dictadura comunista o en un Gobierno Militar. Yo apruebo el pronunciamiento militar, porque de lo contrario estaríamos sometidos, al día de hoy a una dictadura cruel y atroz como la han vivido por décadas los cubanos y hoy los venezolanos”, sostuvo.
“Yo jamás, bajo ninguna circunstancia, voy a aprobar la vulneración de los derechos humanos, nunca, aquí y en cualquier país y en esa línea creo que efectivamente hubo vulneración de los derechos humanos, cosa que yo no apruebo ni comparto. Pero afortunadamente los chilenos a medida que va pasando el tiempo más lo que estableció el gobierno militar que fueron las bases ya que fueron las bases para el progreso y desarrollo económico, cultural, científico de nuestro país”, consideró.
Al ser consultado por una reflexión en este medio silgo, Bobadilla cree que “que no existe hoy en día las condiciones para que se repitan los hechos del 73. Creo que estamos con una democracia lejos más madura y creo que los rupturistas particularmente el Partido Comunista y el Frente Amplio son una minoría en nuestro país y creo que Chile no está hoy día en condiciones de aceptar todos los hechos que ocurrieron antes del 73. Según la izquierda, la historia parte ese día y omiten todo lo que pasó antes, las huelgas, las filas y todo eso”.
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