OTAN elogia medidas de Kosovo para aminorar las tensiones en municipios del norte
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, demostró su apoyo a las medidas tomadas por el gobierno de Kosovo para disminuir las tensiones en los municipios del norte de Kosovo tras los hechos hostiles de finales de mayo, donde, de acuerdo a la agencia EFE, 93 efectivos de las fuerzas de Kosovo lideradas por la OTAN (KFOR en inglés) fueron heridos, al mismo tiempo que reafirmaba la importancia de la misión aliada de mantenimiento de la paz (UNMIK) con el mandato de la ONU.
“Acojo con satisfacción las recientes medidas adoptadas por Pristina para rebajar las tensiones, como la reducción del número de policías especiales en el norte y los planes para facilitar nuevas elecciones municipales”, declaró además Stoltenberg, quien fue acompañado en una rueda de prensa por la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani. El político noruego señaló además que es “esencial evitar una mayor escalada” y para ello insistió a las demás naciones a “evitar la retórica incendiaria” y a “actuar con moderación y en consonancia con sus compromisos”.
Según la agencia EFE, en mayo al menos 93 soldados pertenecientes a la KFOR fueron heridos en ataques sin previa provocación en el norte de Kosovo, con algunos efectivos heridos de gravedad, agresión que Stoltenberg consideró como “totalmente inaceptable”, exigiendo que los responsables rindan cuentas por ello, además de enfatizar en la espera de “consultas oportunas y significativas sobre cualquier acción de la Fuerza de Seguridad de Kosovo o de la Policía de Kosovo que pueda afectar al entorno de seguridad”.
Desde el momento en el que se originaron los disturbios, la OTAN ha desplegado desde su fuerza operativa de reserva a cientos de soldados adicionales con dirección a los Balcanes Occidentales. Osmani por su parte demostró su determinación para ofrecer a la OTAN “plena cooperación para llevar ante la justicia a los autores de esos atentados” realizados en contra de la KFOR, además de insinuar la involucración de “grupos de delincuencia organizada” de origen serbio que, de acuerdo a la mandataria kosovar, “deben rendir cuentas de forma exhaustiva y rápida”.
La presidenta Osmani afirmó que su país se enfrenta a “fuerzas malignas” preparadas para “desafiar y socavar” la estabilidad de su nación, las cuales deben, de acuerdo a la mandataria kosovar, ser combatidas “conjuntamente”. Sumado a lo anterior, Osmani agrega que “Kosovo y la región corren el riesgo de convertirse en focos de tensión debido a la influencia maligna de Rusia y la desestabilización”. Por último, la presidenta de Kosovo agregó que “no permitiremos que el norte de Kosovo se convierta en el campo de batalla para lograr las ambiciones hegemónicas de los autócratas regionales”, aludiendo a la influencia rusa y serbia en la zona en conflicto.
A finales de mayo las tensiones entre el gobierno Serbio y Kosovo aumentaron, esto debido al rechazo de la población serbokosovar hacia los alcaldes albanokosovares y la negativa de los mismos a aceptar su cargo en cuatro municipios del norte, lo que además fue un detonante para violentos enfrentamientos entre manifestantes serbios y las fuerzas de KFOR.
El gobierno de Kosovo ha mostrado su compromiso para no realizar acciones que puedan empeorar la situación en la zona además de reducir en un 25% la presencia de la policía dentro y en los alrededores de los ayuntamientos de los cuatro municipios involucrados cuya población es mayoritariamente de origen serbio, así como su disposición para analizar en conjunto a la misión de la OTAN y la misión policial europea EULEX las probabilidades de disminuir considerablemente la presencia de la policía especial kosovar, dependiendo de la situación presente en la zona.
Kosovo, que antiguamente fue una provincia de Serbia y cuya población es mayoritariamente de origen albanés, proclamó su independencia en 2008, hecho que el gobierno serbio se niega a reconocer.