Beneficios de la dieta cetogénica
Durante mucho tiempo el foco en los factores de riesgo cardiovascular estuvo puesto únicamente en la grasa de la dieta, sin embargo, se ha avanzado en el estudio del azúcar y carbohidratos procesados como componentes perjudiciales que han conducido a un aumento en la prevalencia de malnutrición por exceso. En este contexto, se ha popularizado el concepto de dieta cetogénica, que se define como una alimentación baja en carbohidratos y alta en grasas.
Fisiológicamente, la dieta cambia el metabolismo del cuerpo hacia una nueva dirección, activando un estado denominado cetosis, que se produce de manera natural en situaciones de ayuno prolongado, en las que la concentración de ácidos grasos en la sangre aumenta. Por lo general, se sigue durante un período mínimo de dos a tres semanas, hasta seis a doce meses. Eso siempre bajo la supervisión de un nutricionista, ya que, aun cuando se le atribuyen efectos beneficiosos como pérdida de peso, control glicémico y regulación de marcadores metabólicos, otros informes sugieren efectos adversos, tales como estreñimiento, cefaleas, halitosis, calambres musculares y/o debilidad, provocados por la carencia de algunos micronutrientes.
Por lo anterior, se requiere una planificación alimentaria que amerita la orientación de un profesional y que considera la priorización de nutrientes, selección de alimentos de bajo índice glicémico, identificación de adicción al azúcar, asegurar mínimo aporte de proteínas al día y educación nutricional, entre otros aspectos.
Se debe destacar el efecto global de la dieta cetogénica sobre el bienestar general, pero también los efectos sobre la salud global, ya que depende no sólo de la cantidad de grasa ingerida, sino también del tipo y/o calidad de las fuentes alimentarias, así como del origen de las proteínas, y claramente la necesidad de suplementación de minerales críticos. Sin perjuicio de los anterior, evidencia científica actual destaca que los determinantes más importantes para lograr beneficios en salud son la adherencia a patrones de alimentación basada en vegetales, restricción de alimentos ultraprocesados y asistencia a consulta nutricional, teniendo como foco principal los objetivos relacionados con la salud general y la calidad de vida.