Empresas familiares, resiliencia ante la irrupción de la IA
Según cómo se mida, en Chile las empresas familiares pueden llegar a representar sobre el 90% de las empresas de nuestra economía. Son un pilar fundamental en la generación de empleos y en el crecimiento del país. Un elemento que caracteriza a estas organizaciones es la prioridad que sus dueños otorgan a lograr la continuidad de la empresa más allá de la generación que actualmente la controla. Esto las hace especialmente resilientes cuando enfrentan disrupciones externas. Su comportamiento y desempeño ante desastres naturales, pandemias y crisis financieras así lo demuestran. De hecho, las empresas familiares han sido flexibles, resilientes y capaces de sobreponerse a este tipo de disrupciones.
Sin embargo, dichas capacidades adaptativas son muchas veces cuestionadas cuando se trata de adaptarse a cambios tecnológicos que las aparten de su cultura y valores organizacionales. Por eso, la actual irrupción de la inteligencia artificial representa un tremendo desafío, pero también oportunidades.
Desde la irrupción de chat GPT, hace solo unos cuantos meses, muchos hemos comenzado a comentar sobre el gran impacto que llegará a tener la inteligencia artificial en nuestras vidas. El potencial es enorme y las aplicaciones de estas tecnologías parecen ser infinitas. Ya se habla de los muchos puestos de trabajo que se podrían perder y cuantos otros nuevos podrían crearse. A nivel de la microeconomía de las empresas, esto representa obviamente oportunidades y amenazas.
Particularmente para las empresas familiares, éstas deberán prepararse para la competencia disruptiva de nuevos emprendedores que usarán intensivamente la inteligencia artificial en sus procesos y modelos competitivos. Pero, al mismo tiempo, tendrán acceso, a costos razonables, a tecnologías con potencial para disminuir muchas de las brechas de competitividad que actualmente pudieran estar enfrentando.
Las empresas familiares, en su gran mayoría pequeñas y medianas, enfrentan restricciones financieras que limitan su acceso a conocimiento y capacidades profesionales que en el futuro podrían estar disponibles a precios razonables gracias a la inteligencia artificial. Hoy, para una PyME familiar es muy difícil financiar el acceso, por ejemplo, a arquitectos y diseñadores que les ayuden a diseñar y organizar sus tiendas. Igualmente, resulta complejo el acceso a ingenieros que les den soporte informático y analicen sus datos para mejorar la experiencia de compra de sus clientes, o periodistas o generadores de contenidos que les apoyen en la gestión comunicacional y de redes sociales. La inteligencia artificial promete soluciones y propuestas en cada una de estas áreas y muchas otras.
Algunas de ellas podrán ser aplicadas directamente por las empresas y otras incrementarán la productividad de los profesionales bajando el costo para acceder a ese conocimiento. Las PyMEs familiares no necesitarán, entonces, de grandes presupuestos para acceder a este tipo de servicios. Por lo tanto, deben estar atentas y observar las nuevas oportunidades que la IA les ofrecerá y estar, como ante otras disrupciones, flexibles y resilientes para preservar el legado empresarial de la familia.