Con más de 60 años la "Librería el Caribe" sigue fomentando la lectura en el Gran Concepción
“Aquí partieron mis papás en el año 1955, en un local chiquitito”, cuenta Susana Giorgi, que actualmente ejerce todos los cargos en la Librería El Caribe de Concepción y continúa con el legado de sus padres. Así comienza la historia de un lugar, que por su nombre pareciera ser otra cosa.
Los penquistas que saben dónde se encuentra esta tradicional tienda dedicada a los libros, (Aníbal Pinto 450, en la Galería Alessandri), desde sus inicios siempre ha estado en el mismo sitio. Antes era una fuente de soda que con el tiempo y en manos de Walter Giorgi y María Obreque, padres de Susana, pasó a ser una librería.
La hija de este matrimonio de raíces alemanas, químico farmacéutica de profesión, recuerda haber dejado su oficio por dedicarse a esta emblemática tienda especializada: "Era más importante, tuve que dejar de trabajar en lo otro porque andaba corriendo. Con el tiempo mis papás fallecieron y como me habían hecho socia me encargué de esto".
“Al principio vendíamos solo libros y cuentos, pero con los artículos de escritorio nos permite seguir con la lectura. Si vendo mil lápices me da lo mismo, sé que con eso pago los sueldos, pero nos sentimos realizados vendiendo libros”, destacó Susana.
También agregó que “en la época que partió Huachipato tuvimos una gran venta, porque llegaron los gringos, como les decía mi mamá. Ella iba a Santiago y traía las novelas, en inglés. Mi mamá era chileno-alemana entonces se entendía con la gente que vino a instalar Huachipato”.
El Caribe ante todo
Con 77 años, Susana recuerda un momento en que la Librería El Caribe tuvo que remar para seguir y expandirse a la digitalización. “Para la pandemia me inscribí en Cornershop, me llevaba los libros para la casa y el computador para hacer las boletas. Entregaba en mi casa. La galería estaba abierta por la farmacia, entonces corría a buscar las cosas”, recordó.
“Hay mucha gente que me dice, ¡usted todavía está aquí! Las personas traen a sus hijos y después traen a sus nietos. Como hoy muchos de los hijos trabajan, los abuelos a veces se preocupan de las compras para el colegio. Recuerdan a la Elisa que falleció hace cinco años, fue la primera empleada de mis papás, esta era su vida, crecimos juntas”, expresó.
Negocios como este, familiares, atendidos por sus dueños y tradicionales de Concepción, no siempre cierran por quebrar. "Cuando cierran los locales, la gente dicen que quebró. Cuando yo me muera tal vez se cierre esto no porque quebramos, sino porque nadie quiere seguir, las generaciones que vienen tiene sus pegas o están estudiando buscando su camino, hoy es todo distinto", manifestó Susana Giorigi.
El Caribe atiende desde las 09:30 hasta las 18:30 horas, para atender a clientes que necesiten algún artículo de librería o textos, incluso algunos en alemán que deben tener por ahí.
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