Viajará al Biobío: Christopher Finlayson dio detalles de cómo se gestó el acuerdo con los maoríes en Nueva Zelanda

Christopher Finlayson, el ex fiscal general y ex ministro de Negociaciones del Tratado de Waitangi de Nueva Zelanda, visitará la Región del Biobío en el mes de septiembre. Él conoce cómo se gestó el tratado con los maoríes, cómo se ha mantenido y dio detalles de los componentes claves para lograr un acuerdo de esa índole.

El tratado de Waitangi se firmó en 1840, entre funcionarios de la corona británica (que fueron en representación de la reina Victoria) y los grandes líderes de la gente Maorí. Se realizó en un lugar llamado Waitangi, razón por la cual lleva su nombre.

En dicho tratado, lo que se reconoce primero es "la soberanía de la Corona sobre Nueva Zelanda y segundo, garantiza a los líderes autoridad sobre los tesoros, tierras, bosques y agua. Tercero, garantiza a la gente indígena de Nueva Zelanda los mismos derechos y obligaciones que todos los demás tienen y este fue el tratado", explicó el ex ministro.

Se conformó el tribunal de Waitangi

Si bien se logró llegar a un tratado con los maoríes, Finlayson indicó que hubo muchas violaciones del acuerdo. "Algunas personas fueron sacados de su tierra, otros firmaron algo como acuerdos deshonestos en referencia a sus tierras y otras muchas malas cosas que pasaron también".

"Estos errores se sintió muy fuerte por la gente maorí por años y es un gran error para las personas del extranjero pensar que todo lo que se ha hecho en Nueva Zelanda fue paz porque no fue así", sostuvo.

Fue a raíz de esta serie de agravios y abusos que el gobierno de Nueva Zelanda estableció lo que se reconoce como el Tribunal de Waitangi. "Su rol fue mirar los agravios y violaciones del tratado. Luego en 1984 la jurisdicción del tribunal fue expandida para que el tribunal pueda mirar todas las violaciones históricas. Desde el inicio, cuando el tratado fue firmado el 6 de febrero de 1840 y luego el tribunal empezó a trabajar un montón de investigación de todos esos agravios".

Las disculpas han sido claves para negociar con los maoríes

La Corona incluso se disculpó por lo ocurrido y la reina Isabel firmó la legislación que hizo este programa de resoluciones efectivas para los maoríes. "Cuando yo me convertí en ministro tuve que lidiar con las resoluciones de los Tainui sobre el río de Waikato, el río más grande de Nueva Zelanda. Porque los maoríes de Tainui siempre han dicho que tienen un interés especial en el río".

"Entonces tiene que ver mucho cómo tratamos eso. Ahora el gobierno actual está tratando con el tercer experto de las reclamaciones de Tainui que involucran las costas de la Isla Norte", complementó.

De acuerdo a Finlayson, el recuento histórico es fundamental para una resolución. "La historia importa, los hechos importan y es extremadamente importante para los maoríes de Nueva Zelanda firmar un acuerdo con la Corona de que los hechos van a ser reportados".

"Critican las disculpas históricas porque dicen que no significan nada. Es muy fácil después de haber sucedido las cosas decir 'lo siento' (...) Pero una disculpa apropiada, que no es general, pero que sí se focaliza en los hechos, puede ser apropiada. Es una parte esencial de una resolución entre las tribus maoríes y la corona, refiriéndome al gobierno de Nueva Zelanda", sostuvo el exministro.

Recalcando incluso que es "un símbolo muy poderoso cuando los representantes del gobierno de Nueva Zelanda se paran enfrente de miles de personas y se disculpan, y dicen que nosotros lo hicimos mal".

Tratado de Waitangi: Reparación financiera

Otro componente importante, además de las disculpas, es la reparación financiera. "No hay manera de que el gobierno pueda compensar a personas pagándoles 20 millones de dólares. Personas se quejan de que lo que la corona realmente da en la recuperación económica es inadecuada, que es solamente simbólico".

"Pero eso no es verdad. Es solamente un porcentaje mínimo de lo que se ha perdido efectivamente. Pero lo que está diseñado hacer es poner a aquellas tribus que están en la resolución en una posición en donde ellos puedan estar involucrados en el desarrollo económico", complementó Finlayson.

De hecho, ejemplificó con el caso Ngāi Tahu, en la Isla Sur. "Ellos perdieron billones de dólares valorizado de tierras. Se les pagó en efectivo 170 millones de dólares. Pero también tuvieron derecho al rechazo sobre distintas propiedades del Gobierno en la Isla Sur dentro de su área por alrededor de 150 años".

"Entonces la Tierra está disponible y ellos pueden comprarla, venderla o desarrollarla", detalló al respecto, precisando que "el desarrollo ecónomico" va de la mano con la recuperación financiera. Es más, hay tribus que han aceptado ese tipo de resoluciones, acordando un monto y se han convertido en pilares fundamentales en ciertas industrias.

Restituir las tierras es un componente fundamental

Ante este tipo de circunstancias, en relación a las resoluciones, los maoríes pudieron haber tomado dos actitudes. "Pueden mirar al pasado, sentarse a decir 'no es justo, no tenemos lo suficiente, perdimos billones de dólares y mucha tierra' o pueden decir que este es el mejor acuerdo que puede ser negociado, tomarlo y seguir hacia adelante con una actitud positiva".

"Eso es lo que exactamente ellos han hecho. Entonces, el aspecto económico de una resolución es muy importante. No es como ir a la corte y tener un juicio por millones de dólares, es una negociación. Nunca va a ser suficiente para compensar a las personas, pero puede ser gigantesco y ayudar al desarrollo cultural también", detalló Finlayson.

Sentenció recalcando que otro componente importante de la resolución "fue regresar tierras que son significantes para las tribus. Puede ser un sitio, un punto de interés o donde vivieron por muchos años (...) A través de esas resoluciones, el gobierno puede negociar con la tribu para regresar tierras de significancia cultural".