Cámara Nacional de Comercio ayudará a reconstruir escuela de Tomé que fue arrasada por el fuego
La Cámara Nacional de Comercio (CNC) ayudará en la reconstrucción de la Escuela San Antonio de Tomé que fue arrasada por el fuego. El vicepresidente de la CNC, José Pakomio, llegó hasta la localidad de San Antonio para hacer entrega de los implementos recolectados durante la campaña “Comercio por la Educación”.
La entrega de implementos se realizó en conjunto con el gerente de la CPC Biobío, Ronald Ruf y se reunieron con el director de la escuela, Orlando Roa, sus alumnos y sus familias. El establecimiento comenzará a funcionar en las dependencias de la parroquia de la localidad.
Pakomio señaló que “en nombre de nuestros socios, hoy hemos venido a visitar a los alumnos, a sus familias y a su director, Orlando Roa. Quien lleva más de 17 años a cargo de este establecimiento y hacerles entrega de los materiales que se necesitan para habilitar esta escuela y que los niños puedan iniciar su año escolar”.
“Como CNC creemos que tenemos el deber de aportar en la educación de nuestros niños. En especial en una comuna rural como esta, ya que estamos convencidos que es la única herramienta para posibilitar el crecimiento intelectual y la integración de los niños y entregarles las habilidades necesarias para que posteriormente puedan desarrollarse”, sostuvo.
En cuanto a cómo nació esta campaña, el vicepresidente de la CNC explicó que “vimos por un canal de televisión las imágenes de la destrucción total de esta escuela y nos conmovió profundamente, por lo que decidimos organizarnos junto con nuestros socios. En esa oportunidad estábamos a un mes para el inicio de un nuevo ciclo escolar y creímos indispensable movilizar nuestros esfuerzos para ayudar los niños y niñas, para que pudieran seguir educándose en un ambiente seguro y bajo los estándares que lo ameritan”.
Por otro lado, el director de la escuela, Orlando Roa, comentó que “una escuela que fue construida con mucho esfuerzo y sacrificio por la comunidad para sus hijos y nietos y verla reducida a cenizas, la verdad es que ver fue muy duro. Pero hay que sacar fuerzas y ponerse de pie nuevamente, porque los niños nos necesitan. Si bien es cierto no quedó nada de lo físico, pero la comunidad y quienes trabajamos en esta escuela tenemos todo el ánimo, la fuerza y las ganas de salir adelante nuevamente”.
Consultado sobre el apoyo que han recibido, Roa expresó que “que se conmovieron y se sensibilizaron con lo que le pasó a esta escuela, y en forma absolutamente desinteresada y anónima empezaron a entregar sus ofrecimientos, como lo está haciendo la CNC en estos momentos, así como también agradecer del trabajo de Magdalena Dittborn. Esto nos da más ánimo y más fuerza, porque nos demuestra que no estamos solos y que estamos potenciados emocionalmente con todo lo que está pasando”.
En tanto, el gerente de la CPC Biobío, Ronald Ruf manifestó que “que “el sector privado, en especial a través de los gremios que los agrupan, ha estado apoyando a las familias que han tenido este terrible siniestro y que han perdido una escuela muy preciada para la comunidad. Este es el fiel reflejo nuevamente del apoyo privado, de cómo las empresas son aportes a través de un gremio y hacen entrega de estos apoyos a las comunidades, sobre todo en sectores más alejados de las grandes urbes”.
Bruno, uno de los alumnos del establecimiento enfatizó que “me siento feliz y agradezco las donaciones, porque nos ayuda mucho; extraño este lugar, porque la escuela significa mucho, es un lugar donde jugábamos, la pasaba bien, aprendíamos harto, la extraño y quiero volver al colegio pronto”.
Mientras que una apoderada de la escuela, Ana Riquelme, agradeció el apoyo y mencionó que “la escuela es el centro neurálgico de la comunidad, cuando se empezó a quemar, fue muy difícil aceptarlo. Esta escuela se construyó con el esfuerzo de mis padres, ellos dejaron todo por la escuela; en esos años, si los papás no luchaban por le educación de los hijos, estos quedaban en el campo, sin la posibilidad de poder estudiar. La visión de nuestros padres era poder dejarles ese legado a sus hijos, eso me abrió las puertas para poder seguir estudiando. La escuela tiene una historia muy linda detrás, haberla visto quemada fue muy doloroso y nos afectó como familia”.
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