Adolescentes sufrieron fractura cervical después de lanzarse piqueros en la Región de Ñuble
Dos adolescentes resultaron con fractura cervical luego de lanzarse piqueros. Se trata de dos casos distintos que ocurrieron en la Región de Ñuble el pasado fin de semana pero que levantan la alerta en época de verano.
Según lo informado por La Discusión, uno de los hechos ocurrió en la comuna de Chillán Viejo, donde un joven impactó fuertemente con la cabeza de su hermano al interior de una piscina. El otro caso ocurrió en un río, donde el adolescente chocó con una roja debajo del agua. Él también resultó con una fractura en la columna cervical, además de una herida en el cuero cabelludo.
El pediatra coordinador de la Urgencia Infantil del Hospital Herminda Martín, Elías Kassisse, pidió a la comunidad a tener precauciones pues "el leve impacto contra el agua ya es un factor de riesgo para que tu columna cervical se vea comprometida".
Por lo mismo, el profesional llamó a preferir balnearios y lugares autorizados, no lanzarse al agua en lugares desconocidos por un posible impacto con rocas, ramas, troncos o cualquier elemento que pueda estar en la naturaleza y que pueda ocasionar daños físicos. También solicitó que las personas no corran "alrededor de las piscinas porque se puede sufrir una grave caída".
De acuerdo a Kassisse, al lanzarse un piquero la persona pone todo el peso del cuerpo para ingresar al agua de cabeza, transmitiendo la fuerza directamente hacia la columna vertebral, que protege a la médula espinal.
"Un clavado mal ejecutado puede producir lesiones en la columna que pueden derivar en Paraplejia (parálisis de la parte inferior del cuerpo) y Tetraplegia (parálisis total o parcial de brazos y piernas) o pérdida parcial de la movilidad. Igualmente las lesiones en la cabeza pueden generar daño cerebral, pérdida de habilidades motoras, problemas de lenguaje, entre otras", añadió.
En caso de ocurrir un accidente, los primeros minutos son los más importantes. Se debe retirar a la persona rápidamente, estabilizar la zona de la cabeza y el cuello, evitar movimientos bruscos y controlar signos vitales. En caso de ser necesario, aplicar reanimación cardiopulmonar (RCP).
También vale la pena asegurar que el nivel del agua del río o la piscina sea el adecuado, vigilar las zonas de acceso y evacuación de los mismos, que los filtros tengan reja de protección y, por supuesto, la supervisión de personas mayores.
