México: El reportero que publicó una historia y al día siguiente estaba muerto
Justo después del atardecer del jueves 10 de febrero, dos hombres en una camioneta Dodge Ram blanca se detuvieron frente al pequeño estudio de radio de Heber López Vásquez, en el sur de México.
Un hombre salió, entró y mató a tiros al periodista de 42 años. Óscar, el hijo de 12 años de López, la única persona que estaba con él, se escondió, declaró el hermano de López a Reuters.
El año más mortífero
López fue uno de los 13 periodistas mexicanos asesinados en 2022, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), una organización de defensa de derechos humanos con sede en Nueva York.
Fue el año más mortífero registrado para periodistas en México, ahora el país más peligroso para reporteros en el mundo fuera la Ucrania en guerra, donde el CPJ dice que 15 comunicadores fueron asesinados el año pasado.
Fue asesinado en Oaxaca el periodista Heber López Osorio, director de la página Digital Noticias Web.
— Monica Garza (@monicagarzag) February 11, 2022
Se trata del sexto crimen contra un comunicador en México en lo que va de 2022. pic.twitter.com/yPPO8K3Uj5
Un día antes, López -quien dirigía dos sitios de noticias en línea en el sureño estado Oaxaca- había publicado un artículo en Facebook en el que acusaba a la política local Arminda Espinosa Cartas de corrupción relacionada con su campaña de reelección.
Mientras yacía muerto, una patrulla cercana respondió a una llamada de emergencia, interceptó la camioneta y detuvo a los dos hombres. Más tarde se supo que uno de ellos era hermano de Espinosa, la política de la historia de López.
Espinosa no ha sido acusada en relación con el asesinato de López. No ha respondido a múltiples peticiones de comentarios y Reuters no ha podido encontrar ningún comentario suyo anterior sobre su papel en la posible corrupción o sobre la historia de López.
Su hermano y el otro hombre siguen detenidos, pero aún no han sido juzgados. Su abogado no respondió a las numerosas peticiones de comentarios.
"Dejé de cubrir narcotráfico y corrupción y la muerte de Heber todavía me da miedo", dijo Hiram Moreno, un veterano periodista oaxaqueño que recibió tres disparos en 2019, sufriendo heridas en una pierna y la espalda, después de escribir sobre negocios de drogas de grupos criminales locales.
Su agresor nunca fue identificado. "No se puede contar con el gobierno. La autocensura es la única manera de mantenerte seguro", lamentó.
Un patrón de violencia
Se trata de un patrón de miedo e intimidación que se repite en todo México, tras años de violencia e impunidad que han creado lo que los académicos denominan "zonas de silencio", donde los asesinatos y la corrupción permanecen sin control ni son documentados.
"En las zonas de silencio la gente no tiene acceso a la información básica para conducir sus vidas", dijo Jan-Albert Hootsen, representante del CPJ en México.
"No saben por quién votar porque no hay investigaciones sobre corrupción. No saben qué áreas son violentas, qué pueden decir y qué no, así que se quedan callados", añadió.
El portavoz del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no respondió a una solicitud de comentarios sobre los ataques a los periodistas.
Desde el inicio de la guerra contra las drogas en México en 2006, 133 periodistas han sido asesinados por motivos relacionados con su trabajo, determinó el CPJ, y otros 13 por razones indeterminadas. En ese tiempo México ha registrado más de 360.000 homicidios.
Zonas muertas de información
Las agresiones contra periodistas se han extendido en los últimos años a zonas antes menos hostiles -como Oaxaca y Chiapas-, amenazando con convertir más partes de México en zonas muertas para la información, afirman grupos de derechos como Reporteros sin Fronteras y 10 periodistas locales.
López fue el segundo periodista asesinado desde mediados del 2021 en Salina Cruz, un puerto del Pacífico en Oaxaca.
Se ubica en el Istmo de Tehuantepec, una franja de tierra que conecta el Golfo de México y el Pacífico y que se ha convertido en un punto de desembarco de precursores químicos para fabricar fentanilo y metanfetamina, según tres analistas de seguridad y una fuente de la DEA.
La última historia de López, una de las varias que escribió sobre Espinosa, cubría los supuestos intentos de la política para conseguir que una empresa que construía un rompeolas en el puerto de Salina Cruz amenazara a los trabajadores para que votaran por ella o, de lo contrario, serían despedidos.
La infraestructura es parte del Corredor Interoceánico, uno de los proyectos de desarrollo emblemáticos de López Obrador en el sur de México.
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