"Me devolvió las ganas de vivir": Paciente con tumor cerebral relató su experiencia con la inmunoterapia
Constanza Medina, de Estación Central, en la Región Metropolitana, fue diagnosticada con un tumor cerebral. Se le dijo que tenía poca esperanza de vida. Sin embargo, tras concurrir a inmunoterapia de Recell, aseguró que "me devolvió las ganas de vivir".
Su relato partió con la vez en que empezó con los síntomas. "Todo comenzó cuando yo estudiaba en la universidad y trabajaba de noche. Entonces comencé con fuertes dolores de cabeza. Todo lo atribuí al estrés de la universidad y del trabajo. Nunca fui a a verme al doctor o indagar más allá. Eso fue un gran error, ya que pasando los días comencé a ver doble", contó.
Constanza siguió con los dolores de cabeza y comenzó a creer incluso que necesitaba un oftalmólogo poque veía doble. Borroso. Nunca imaginó que podía ser algo más allá.
"Fui al oftalmólogo y me comentó que yo tenía un papeledema, que es un bultito que te está apretando detrás de los ojos, detrás de los nervios. Me dijo Constanza, sabes que tú tienes un cuerpo que te está apretando el nervio del ojo y por eso tú estás así", detalló.
Ante ello, se le recomendó hacerle una resonancia magnética y fue con su madre a hacérsela. Tras los informes, salió que tenía un nódulo, un cuerpo que estaba en su cabeza. "Fuimos de urgencia a un neurólogo y me derivó en que debía hacerme un drenaje, ya que tenía un cuerpo extraño que estaba justamente en el lugar donde hace el tapón, donde se desliza el líquido encefalorraquídeo".
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Comenzó con las quimios que eran devastadoras
Se realizó el examen, fue a ver a un doctor y este le dijo que debía ir urgente a hacerse una cirugía, dado que el líquido estaba presionando su cerebro. "En cualquier momento me explotaba la cabeza, eran los dolores de cabeza que tenía. Luego de eso me mandaron de urgencia al Instituto de Neurocirugía y me pusieron una válvula. Era para que el líquido que tenía presionando mi cabeza lo tiraran hacia el peritoneo para que bajara el líquido y la tensión que yo sentía".
A Constanza le dieron el alta tras realizar dicha intervención y luego de que llegara la biopsia, se enteró que tenía ese cáncer llamado pineoblastoma. "A mí me dieron tres meses de vida, el cual no entendía nada", contó.
Ante ese diagnóstico, comenzó las radioterapias que fueron 30 sesiones y las quimioterapias que en total alcanzó a hacer cuatro ciclos. Ella afirmó que mientras lo hizo, "me sentí pésimo. A mí me bajaban las defensas, se me caía el pelo, no tenía ganas de nada. Lloraba mucho".
Siguió con el tratamiento y se realizó otra resonancia, que tenía posterior a sus quimios y radios. "El doctor me dijo con esto de las quimios y la radio, tu tumor ha bajado un 95%, así que puedes realizar tu vida normal con controles", relató.
Sin embargo, al tiempo después, comenzó nuevamente con los síntomas. Le daban vértigos cuando se paraba para ir al trabajo, tenía problemas en la pierna. Atahualpa, novio de Constanza, contó que "empezó con problemas en su pierna derecha, después en su pierna izquierda, como debilidad en la zona del cuádriceps". Incluso llegó a ocasionar que se cayera en la calle, las escaleras y la casa.
Preocupación les generó lo que pasaba y fueron a un kinesiólogo, quien les dijo que no era una lesión, sino algo neuronal. Ante esa respuesta, volvieron a recurrir al Instituto de Neurocirugía.
"Su médico tratante le recetó una resonancia magnética. Ahí fue cuando supimos que el tumor se había proliferado por toda su columna, se había diseminado y que tenía metástasis en la columna, el cerebro y el cáncer le había dañado una lesión al nivel lumbar en sus nervios", contó Atahualpa.
Con el pasar de los días, Constanza dejó de caminar y sentía mucho dolor. Los doctores le dieron un diagnóstico de pocos meses de vida. Ante ello, tomaron la decisión de indagar más allá y fue así como llegaron a la inmunoterapia.
Constanza relató que una tía cercana tenía leucemia y se trató con inmuterapia. Contó que, tras acceder al tratamiento, ella "subió sus defensas, se sentía mejor, menos dolor, más ánimo".
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Tratamiento con inmunoterapia en Recell
Como estaba pasando por la misma situación, tomaron la decisión de llegar a la inmunoterapia. "Al principio no entendía mucho de qué trataba esto, solo sabía que iba a ser algo bueno para mi cuerpo, que me iba a dar menos dolor, mis células que estaban malitas iban a ser como eliminadas por este tratamiento".
Ella contó que comenzó con el tratamiento y al pasar de los meses, "empecé a sentirme un poco mejor e investigué sobre eso. Los seis meses que me habían dado... han pasado ya casi dos años. Me siento mucho mejor. Estoy consciente de lo que veo, de lo que hablo, tomo mucho menos remedios".
"No me duele cuando me toca, cuando me bajan, porque eso sentía cuando estaba con los tratamientos anteriores, me dolía mucho la pierna. Fue uno de las mejores opciones que pudo haber tomado", recalcó.
Anaís, la hermana de Constanza, declaró que como familia están muy agradecidos "por el tratamiento de inmunoterapia, ya que pasamos de que le habían dado un diagnóstico devastador a verla súper estable, mucho más sana. Entonces estamos súper felices".
Atahualpa, pareja de Constanza Medina, declaró que "esta luz que es la inmunoterapia, es como un cuento de hadas, porque es el polo opuesto a estos tratamientos convencionales para tratar estas enfermedades tan agresivas, tan complejas y difíciles de tratar. Es un avance, yo creo que bestial, a nivel mundial y de medicina".
"Con la inmunoterapia fue una luz, o sea su ánimo, su misma energía de todo su cuerpo subió mucho más atenta, mucha más memoria, cosas que a veces ni siquiera me acuerdo, ella se acuerda, entonces son cambios realmente notables", agregó.
Constanza sentenció señalando que "este tratamiento me devolvió las ganas de vivir, porque uno con estas enfermedades tan catastróficas dice "bueno, me tocó, pero a mí la inmunoterapia me dieron ganas de vivir, me dieron ganas de tomar el tratamiento, me comencé a sentir mejor. Entonces lo que estoy viviendo, lo recomiendo totalmente".
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