Joven de 20 años quedó ciega tras bañarse en el mar con lentes de contacto

"Me desperté un día y me di cuenta que no podía ver nada". Sin visión quedó una joven de 20 años luego que contrajera una infección tras haberse metido al mar con sus lentes de contacto puestos.

Según consignó el medio británico Metro, el hecho ocurrió en Malta y su impactante historia salió a la luz cuando la chica, Miyako Aiko-Murray, comenzó una campaña para costear su tratamiento.

Oriunda de Londres, la joven estaba de vacaciones en Malta cuando decidió ingresar al mar para refrescarse del calor. Al salir del agua, comenzó a sentir migraña junto a un intenso dolor en los ojos. El dolor no pasaba, entonces acudió al hospital más cercano. Allí le recetaron unas gotas y la enviaron a casa.

Sin embargo, un día despertó y se dio cuenta que no podía ver nada. "Incluso cuando encendí las luces no pude ver nada. Empecé a llamar a mi madre. Fue un shock", recuerda la chica de 20 años.

Tras pasar por una serie de médicos, le diagnosticaron queratitis por Ancanthamoeba (AK). Se trata de una rara infección que daña la parte frontal del ojo. La situación de la joven empeoró y comenzó a desarrollar cicatrices dentro del ojo.

"No es realmente posible para mí salir solo porque la luz realmente me afecta. No uso un teléfono ni ninguna tecnología, ya que me da dolor de cabeza mirar una pantalla. Simplemente me siento en una habitación oscura y lidio con la depresión y la ansiedad", expresó.

Ahora, Miyako Aiko-Murray necesita trasplantes de córnea y deberá asistir a años de tratamientos hasta que un donante de ojos esté disponible. Tuvo que abandonar su trabajo, por lo que enfrentará con dificultad los costos de su tratamiento. Por eso, creó una petición en la plataforma GoFundme para juntar dinero.

"Estaba trabajando muy duro hacia mi futuro y ahora es como si estuviera comenzando desde abajo. Tengo que pagar por parches para los ojos, anteojos, anteojos especiales, tecnología asistida. Solía ​​pensar que mejoraría. Luché por aceptar lo que pasó, pero comencé a leer historias de otras personas y también fue muy difícil para ellos", concluyó la joven su relato.

Asimismo, denunció que los médicos que la atendieron primeramente en Malta "realmente no investigaron" lo que tenía. "Sabía que algo andaba mal, pero no recibí la ayuda que necesitaba cuando iba al hospital. Me han dicho que no podré volver a ver nunca más", contó.

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