Más de 200 mujeres del Gran Concepción se capacitan para la inserción laboral y la autonomía económica
Mediante el programa “Promoviendo la inserción laboral y la autonomía económica de mujeres del Gran Concepción”, financiado por el Gobierno Regional del Biobío por $296.418.000 y ejecutado por la fundación Trabajo Para un Hermano, un total de 225 mujeres de la Provincia de Concepción recibirán capacitaciones a fin de mejorar sus condiciones económicas.
El proyecto ya se encuentra en ejecución y actualmente capacita a 80 mujeres en cursos de pastelería y cuidado de adultos mayores. Posteriormente, se desarrollarán los espacios formativos en materia de emprendimiento y manipulación de alimentos.
Primeras estudiantes que buscan autonomía económica
Este lunes, a las primeras estudiantes del programa se les hizo entrega de sus respectivos uniformes, ocasión en la que el Gobernador Regional (s), Rodrigo Martínez, compartió con el cuerpo de estudiantes y docentes.
“Desde el Gobierno Regional estamos muy contentos con los resultados que se está obteniendo en este trabajo con organizaciones de la sociedad civil y directamente con mujeres de la Región del Biobío. Son programas que tienden a mejorar su empleabilidad y certificar sus competencias; pero sobre todo a dotarlas de derechos en tareas que históricamente han sido invisibilizadas. Esto forma parte de nuestra agenda de equidad de género. Estamos seguros de que es uno de los primeros pasos para construir una sólida agenda de pública regional en esta materia”, puntualizó Martínez.
Empleos y oficios reconocidos para las mujeres
Rosa María Norero, coordinadora del programa ejecutado por TPH, relevó la formación que se realiza en tareas de cuidados. “El cuidado ha sido un empleo informal, precarizado, oculto, por tanto, buscamos que sea un trabajo desarrollado con las herramientas necesarias y que, además, pueda ser reconocido y valorado con la retribución económica que requiere. Existe una deuda en el reconocimiento social y económico”.
Marilyn Gutiérrez, de Penco, es una de las mujeres beneficiarias del curso de cuidados. Calificó la experiencia como “nueva y bonita”. “A pesar de mis años empecé ahora a estudiar. Es una oportunidad para desarrollarme como persona, para cuidar a mi madre y los demás. Hay muchas más personas que requieren de nuestros cuidados. Lo más importante es cómo, a través de nuestro trabajo, podemos cuidar y dar amor”.
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