Pueblo de Ucrania se prepara para su próxima gran batalla: La llegada del invierno
Después de ocho meses de una guerra que ha devastado su pueblo en la línea de frente, los residentes de Huliaipole en el este de Ucrania se están preparando para su próxima gran batalla: el invierno del hemisferio norte.
Natalia, de sesenta años, duerme en un sótano oscuro y lúgubre con varios vecinos, sus camas están alineadas una al lado de la otra sin apenas espacio entre ellas.
Las condiciones son duras y no hay electricidad, pero el estrecho sótano les ha ayudado a sobrevivir.
"Yo duermo aquí", dijo Natalia, tocando una de las camas. Señalando a los demás, dijo: "Aquí duerme mi vecina. Aquí duermen otro par de vecinos. Y aquí duerme una quinta persona, Vera. Así está por ahora".
Sus nietos vivieron allí con ella en las primeras etapas de la invasión rusa del 24 de febrero, dijo.
"Los niños dormían contra la pared, aunque en ese entonces no había camas. Trajimos alfombras, cobijas, almohadas. Pusimos a los niños contra la pared mientras estábamos sentados en bancos. Estábamos bajo fuertes bombardeos en ese entonces", relató.
El agua dulce la proporciona el cuerpo de bomberos o se extrae de un pozo local, comentó.
"Al principio, cocinábamos a fuego abierto. Y ahora, tenemos gas, compramos un bote de gas, pero necesitamos guardarlo".
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"Bombardeo constante"
Huliaipole es parte de la región de Zaporiyia, que el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo haber anexado a finales de septiembre, en una medida condenada por Kiev y sus aliados occidentales.
El pueblo no ha sido ocupado en ningún momento por las fuerzas rusas, aunque muchos edificios han sido destruidos y muchos civiles han huido. Los que se quedan se ponen a cubierto con regularidad mientras bombardeos resuenan en el pueblo.
Un letrero blanco que da la bienvenida a los visitantes con un corazón rojo que declara "Yo (amo) a Huliaipole" ahora está agujereado.
"Comienza el invierno y hace mucho frío, por lo que tratamos de ayudar a la gente con zapatos abrigados y comida, lo que necesitan", dijo Benjamin, un voluntario alemán entre los trabajadores humanitarios que ayudan a los residentes a prepararse para el invierno boreal.
Los trabajadores humanitarios han proporcionado estufas de leña antes del invierno, cuando las temperaturas suelen caer muy por debajo de los cero grados centígrados.
"Estamos bajo bombardeos constantes, sin calefacción. Las condiciones son muy duras y difíciles para el trabajo", dijo Raisa Alferova, una paramédica de 57 años.