Editorial: Tras aprobación TPP-11 por el Senado. Quién gana y quién eventualmente pierde

Chile debe ser uno de los países con una de las economías más abiertas del mundo. Ha firmado unos 30 TLC o Tratados de Libre Comercio. Nuestro modelo o sistema de desarrollo es el libre mercado. Desde este punto de vista el TPP-11 podría ser uno más, sin embargo es distinto y por varias razones.

El TPP-11 es un tratado que involucra a naciones que forman parte de la cuenca del Océano Pacífico. Ahí están Australia, Brunei, Darusalám, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Hasta hace algunos años EEUU también formaba parte del Tratado, pero el Presidente Trump cumpliendo una de sus promesas de campaña renunció a integrar este grupo de naciones.

El tratado fue firmado por la Presidenta Bachelet casi al término de su mandato y solo restaba la confirmación en el Congreso, pero ahí todo se complicó.

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Este es el tercer tratado de libre comercio más grande del mundo, representa cerca de un 15% de la economía mundial y permitirá a Chile acceder con cerca de 3 mil productos básicamente de la agroindustria, con aranceles diferenciados.

Pero, así como tiene evidentes beneficios para el sector exportador ha generado por otro lado importantes preocupaciones. Por ejemplo por los eventuales los impactos en la economía local con productos que lleguen desde el extranjero o por la manera de resolver los diferendos que serán a través de tribunales especialmente designados para cada controversia. También hay un tema claramente ideológico cuando se habla de TPP-11.

El medio Sala de Prensa hoy explicó los pro y los contra de este tratado ya aprobado por el Congreso nacional.

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