Collao, Lorenzo Arenas, La Pólvora… Las historias que dan nombre a los icónicos barrios penquistas
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Collao, Lorenzo Arenas, La Pólvora… Las historias que dan nombre a los icónicos barrios penquistas


Por Mario Saavedra | 05 Octubre 2022 09:59
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La capital de la Región del Biobío tiene 472 años. La comuna y su cantidad de habitantes continúan creciendo alrededor de sus icónicos y más antiguos barrios como Collao, Lorenzo Arenas o los alrededores del Cerro La Pólvora. Los nombres de aquellos sectores tienen un origen histórico que se recuerda en el marco del aniversario penquista.

En el libro "Las Calles de Concepción" escrito por el historiador y académico Alejandro Mihovilovich Gratz, junto a la colaboración de Marlene Fuentealba Domínguez, se puede encontrar el origen de las principales arterias de la capital penquista. También se puede apreciar la historia de quienes dan nombre a sus sectores más populares, que dejamos a continuación.

Lorenzo Arenas

Uno de los barrios emblemáticos de Concepción, así como una calle del sector Chillancito, llevan su nombre en honor de un ilustre vecino penquista: Lorenzo Justiniano Arenas Olivo. Él nació un 4 de septiembre de 1835. Su padre y madre eran de nacionalidad peruana.

Arenas fue un dirigente preocupado por el mejoramiento cultural y social de la clase trabajadora. Él se dedicaba al oficio de sastre. Su aporte a la sociedad lo enfocaba especialmente en los pequeños artesanos. También fundó la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros que hoy lleva su nombre, así como también varias Logias Masónicas o la Sociedad Protectora de los Estudiantes Pobres y la de Ilustración de la Mujer.

Lorenzo Arenas también fue regidor municipal durante los años 1879-1891. Falleció el 26 de febrero de 1906 a la edad de 71 años, en Concepción.

Collao

El sector Collao, que actualmente enfrenta muchos cambios en sus vías de tránsito, obtuvo su nombre en honor a Miguel Ignacio Collao Ugarte. Este último representó, durante el siglo XIX, el empuje de los penquistas. Estuvo asociado con las más grandes empresas de Concepción y las firmas de los primeros
molinos de Puchacay y Tomé. Allí elaboraban el trigo de su propiedad y de otros fundos de la región.

También fue fundador del Banco Garantizador de Valores del Sur en 1870 y del Banco Concepción en 1871. Además, fundó y fue presidente del Club Concepción entre los años 1886 y 1888. En 1873 administró el Cementerio de Concepción. Incluso fue diputado por Coelemu y posteriormente por Concepción. Ocupó el cargo de intendente en 1894.

Cuando embellecieron la Plaza Independencia, entre 1859 y 1863, Collao donó desde sus viveros plantas y árboles. Murió en 1901. Tres años después, la Municipalidad de Concepción decidió perpeturar su memoria al entregarle su nombre a la transitada avenida penquista.

Pedro del Río

En Concepción hay un sector que recibió su nombre en memoria de don Pedro del Río Zañartu, quien nació en 1840. Él estudió en el Liceo Enrique Molina, en donde su padre era profesor. Se desarrolló en el ámbito empresarial. Heredó de su familia el fundo de Hualpén y, desde allí, organizó y participó en múltiples instituciones, tanto comerciales como sociales y culturales.

Fue él quien entregó terrenos a la Sociedad Cooperativa de Habitaciones para Obreros, que en la actualidad se conoce como el barrio Pedro del Rio Zañartu, ubicado en la ribera del río Biobío. También fue uno de los socios fundadores del Club Concepción y del Banco Concepción.

Lamentablemente, la tristeza lo embargó cuando su esposa mujer y sus dos niños fallecieron producto de la difteria. Dicha pena lo impulsó a viajar por el mundo. Durante sus recorridos compró cuantas piezas tuvo a su alcance y transformó su casa en un museo. Dicho recinto, actualmente, es visitado por miles de personas durante cada temporada.

La Pólvora

En 1751, se fijó la necesidad de ubicar a las afueras de la ciudad un espacio dedicado al almacenamiento de materiales explosivos. Entre ellos, la pólvora para los cañones y el armamento. En un comienzo pensaron en el Cerro Caracol e incluso estuvo allí por algunos años. Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XIX, ocuparon el cerro que hoy lleva el nombre de La Pólvora. A aquel lugar sólo podía entrar personal autorizado para controlar su utilización tanto en la minería como en actividades militares.

Cuando los regimientos se instalaron en Concepción, la pólvora fue trasladada y el cerro pasó a ser un lugar recreativo. Posteriormente, cientos de edificaciones fueron construidas en aquellas tierras. Con el terremoto de 1960 surgió el Barrio Norte y hubo necesidad de realizar cortes en el cerro para conectar ambas laderas. Hoy en día, la altura de La Pólvora se utiliza para la instalación de antenas de transmisión.

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