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Cientos de miles de argentinos mostraron su apoyo este viernes a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien ayer se salvó milagrosamente de un intento de asesinato en la puerta de su casa porque la pistola cargada de un atacante no se disparó.
Una multitud se concentró en la histórica Plaza de Mayo frente a la Casa de Gobierno, extendiéndose por las principales avenidas del centro de Buenos Aires tras una convocatoria de la alianza oficialista Frente de Todos. Esto, para repudiar un hecho que el presidente consideró "el más grave desde que hemos recuperado la democracia", en 1983.
El Gobierno de centroizquierda informó que el Gabinete de ministros participará de la movilización e invitó a los argentinos a expresarse con banderas "en defensa de la democracia y en solidaridad con la vicepresidenta".
"Gracias a Dios y a la virgen la bala no salió, si no hoy estaríamos hablando de otra cosa, estaría dando vueltas Cristina asesinada, y la verdad es que no solo es imperdonable, sino que no lo podemos permitir", dijo Santiago Bianco, un docente de 58 años.
En la Plaza de Mayo, el epicentro simbólico del peronismo, se concentraron sindicatos, agrupaciones sociales, en una jornada en la que helicópteros de seguridad sobrevolaban la zona a una altura inusualmente baja para las habituales manifestaciones en Argentina.
La vicepresidenta "está impactada, conmocionada. Igual está bien, por suerte, tiene su espíritu, su temple intacto", señaló el senador oficialista Oscar Parrilli, muy cercano a Kirchner.
El incidente se produjo el jueves por la noche en la entrada de la casa de Fernández de Kirchner en el elegante barrio de Recoleta, en Buenos Aires, frente a cientos de manifestantes que se congregan hace días para respaldar a la vicepresidenta frente a las recientes acusaciones de corrupción realizadas en su contra por la Justicia.
Kirchner, que gobernó el país entre 2007 y 2015, resultó ilesa porque el arma que portaba el agresor -identificado más tarde por una fuente policial como el ciudadano brasileño Fernando Andrés Sabag Montiel, de 35 años- no se disparó pese a estar cargada con cinco balas.
Sabag Montiel fue inmediatamente detenido por el hecho y varios testigos se encontraban prestando declaración en la mañana del viernes, que fue declarado feriado nacional por el presidente Alberto Fernández tras el ataque.
Según los medios locales, el agresor trabajaba de chofer e integraba grupos de internet que comparten contenido de ideología neonazi. La policía allanó en la madrugada la casa donde vivía y secuestró cajas con unas 100 balas.
Los mercados permanecieron cerrados el viernes por la decisión presidencial y los activos argentinos en el exterior cotizaron con precios selectivos.
Repudio transversal
Las redes sociales de políticos oficialistas y opositores se colmaron de manifestaciones de repudio al ataque contra la vicepresidenta de centroizquierda, que se conoció a través de las estremecedoras imágenes que difundió la televisión local. El bloque de diputados oficialistas convocó el sábado a una sesión especial de urgencia en la Cámara baja.
"La sociedad ya perdió un poco los estribos", expresó el empleado ferroviario Oscar Delupi, de 64 años, en el centro de Buenos Aires.
Asimismo, el argentino Papa Francisco se comunicó telefónicamente con la vicepresidenta para expresarle su solidaridad, indicó un comunicado de Cristina Fernández de Kirchner.
Líderes de la región, desde México a Chile, también manifestaron su repudio, además del Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
El presidente Alberto Fernández convocó para la tarde a representantes de sectores sindicales, sociales, empresariales, de derechos humanos y de diferentes credos "para construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia", según un comunicado oficial.
La vicepresidenta -que no tiene relación familiar con el presidente Fernández- está acusada por la Justicia de actos de corrupción durante sus dos presidencias, un hecho que ahondó profundas divisiones sociales en el país, agravadas por una situación económica compleja con altos niveles de pobreza y una inflación galopante.
"Nuestro sistema político está muy precario, con situaciones de confrontaciones muy dramáticas", dijo el analista político Marcos Novaro al canal de televisión TN.