Acceso al agua en Biobío, una realidad dispar
En un abrir y cerrar de grifería, las personas que vivimos en las ciudades podemos acceder rápidamente al agua potable. Alguien como usted o como yo no divaga sobre esta simple acción (como hacer uso de la llave para saciar una necesidad), y solo nos preocupamos de beber y disfrutar. Sin embargo, debe saber que, junto con refrescarse al llenar un vaso, también debería estar agradecido.
¿La razón? Porque este simple proceso no es lo habitual en muchos sectores de nuestra región, sobre todo en las localidades rurales. En estos lugares, los vecinos deben organizarse y abastecerse a través de sistemas de Agua Potable Rural (los famosos APR), y a veces deben sortear un sinfín de obstáculos para obtener algo tan básico para la vida.
Tal vez no conozca muy bien esta realidad. Estos sistemas son administrados, mantenidos y operados por la propia comunidad beneficiaria, la cual se organiza en comités o cooperativas. De esta forma, estas agrupaciones se las ingenian para adquirir y/o producir agua potable –en las condiciones técnicas y sanitarias establecidas en las normas respectivas–, hasta la posterior entrega en cada hogar.
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Y como si fuera poco, son las mismas comunidades –representadas por directivas elegidas por los propios vecinos– las que quedan a cargo del personal de mantención de cada APR y fijar una tarifa por consumo, para así garantizar un óptimo funcionamiento del servicio.
Pese a que los sistemas de APR reciben asesoría y asistencia de distintas entidades estatales y municipales, lo cierto es que cada territorio tiene sus particularidades y no siempre se garantiza el acceso al agua de manera frecuente o sin dificultades.
Por esta razón es necesario que se visibilice esta realidad, se generen mayores instancias de apoyo o de soporte calificado en las APR de nuestra región, que llegan a 210 comités, según el catastro desarrollado en un proyecto que estamos ejecutando en la Universidad San Sebastián.
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Esta iniciativa, llamada “Transformación digital integrada de APR del Biobío”, es financiada por el Gobierno Regional (a través del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional). Se trata de un estudio pionero y que nos permitirá elaborar un plan integral de gestión administrativa y de transformación digital para los comités de APR regionales, por medio de acompañamiento y soporte técnico calificado.
Gracias a estos atributos, investigadores y representantes de la comunidad podremos crear –en conjunto– una visión integrada de la sustentabilidad y adaptabilidad al cambio climático en la gestión global del agua en zonas rurales. De manera coordinada, podremos concretar –mediante el análisis fisicoquímico de aguas– servicios de determinación de parámetros y calidad hídrica.
Debemos dar una mayor visibilidad a las APR, fomentar la reflexión y, de esta forma, ser conscientes de la importancia del manejo eficiente del consumo de agua, sobre todo en tiempos en que hablamos de crisis hídrica y en un periodo tan relevante como la Semana Mundial del Agua, del 23 de agosto al 1 de septiembre. Es fundamental valorar y apreciar este recurso indispensable para la vida.