Advierten que se deben revisar precios del carbono para evitar fracaso en objetivos climáticos
Un grupo de inversores que gestionan 10,6 billones de dólares afirmó este miércoles que es necesaria una revisión de las políticas internacionales de fijación de precios del carbono. Para evitar que el mundo fracase en su objetivo de contener el cambio climático.
Como parte de un esfuerzo global para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit) por encima de la media preindustrial, más Gobiernos están tratando de poner un precio al carbono para reducir las emisiones. Aumentando el coste que tiene producirlas.
Sin embargo, menos del 25% de las emisiones mundiales están cubiertas por un precio del carbono cuyo nivel varía mucho según las regiones. Y es, en la mayoría de los casos, demasiado bajo para producir un cambio.
En un documento publicado antes de la cumbre de dirigentes del G7 que se celebra en Berlín a partir del domingo, la Alianza de Propietarios de Activos Neto-Cero (NZAOA, por sus siglas en inglés) establece cinco principios. Para respaldar un rediseño de las políticas gubernamentales y fomentar el abandono de las actividades de altas emisiones.
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Afirmó que los reguladores podrían introducir precios del carbono legalmente vinculantes que se fijen de acuerdo con la ciencia del cambio climático.
Un informe de la Comisión de Alto Nivel sobre los Precios del Carbono concluyó que los precios del carbono debían situarse entre 50 y 100 dólares por tonelada en 2030. Para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados.
Para proteger a las personas de las comunidades desfavorecidas afectadas por la transición, los Gobiernos deben diseñar políticas de precios del carbono que reduzcan el impacto. Entre otras maneras, mediante la reconversión profesional, las transferencias a tanto alzado o la reducción de los impuestos sobre la renta, dijo la NZAOA.
Los Gobiernos también deben proporcionar una señal de precios más predecible para ayudar a las empresas a planificar la transición a una economía de bajas emisiones de carbono. Por ejemplo, estableciendo corredores de precios que muestren la evolución en el tiempo.
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Para proteger a los grandes emisores nacionales durante la transición y evitar la fuga de carbono. Por la que la industria se traslada a jurisdicciones en las que no se le penaliza por contaminar, los Gobiernos podrían utilizar mecanismos de ajuste de carbono en las fronteras. Como ha propuesto la Unión Europea.
Añadieron que podrían forjarse mayores cooperaciones internacionales a través de "clubes climáticos" de países que trabajen juntos en este tema.
"La Alianza cree que los Gobiernos deberían implementar la fijación de precios del carbono en línea con los principios. Proporcionando una base para una alineación de toda la economía. Con los objetivos del Acuerdo de París", dijo el grupo en un libro blanco.
El acuerdo climático de París de 2015 pretende limitar el calentamiento global a un nivel muy inferior a 2C e idealmente a 1,5C.
