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Los supervivientes de un ataque perpetrado por desconocidos contra una iglesia católica en Nigeria yacían llorando y retorciéndose de dolor en un hospital local, tras sufrir lo que un médico describió como laceraciones, heridas de bala y lesiones por explosiones.
Según los medios, al menos 50 personas, incluidos niños, murieron durante el ataque a la iglesia católica de San Francisco, en la ciudad de Owo, ocurrida durante la misa del domingo, mientras los fieles celebraban la festividad de Pentecostés. La policía aún no ha dado a conocer el número de decesos.
"Inmediatamente entraron y empezaron a disparar por todas partes, mucha gente", dijo Alex Michael, que recibió un disparo en una pierna mientras protegía a sus hijos escondiéndolos bajo las sillas. Parecía aturdido mientras estaba sentado en su cama de hospital.
A su alrededor había otros supervivientes, muchos de ellos con los miembros envueltos en vendas manchadas de sangre. Un hombre se retorcía y gemía en su cama, mientras una mujer lloraba abrazando a su hermano. Una víctima de 15 años yacía en silencio con un gotero en la mano.
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El doctor Samuel Aluko, médico de guardia del hospital, dijo que 27 víctimas adultas estaban recibiendo tratamiento en su departamento por una amplia gama de lesiones, algunas de las cuales eran potencialmente mortales. Sostuvo que una mujer había perdido las dos piernas.
El director médico, el doctor Ahmed Lasu, dijo que 13 niños fueron trasladados al hospital, de los cuales dos perecieron a su llegada.
Owo se encuentra en el estado de Ondo, en el suroeste de Nigeria, una zona del país que no suele sufrir conflictos violentos por motivos religiosos. Las autoridades no han dicho nada sobre la identidad o el motivo de los atacantes.
El obispo católico de la diócesis de Ondo, Jude Ayodeji Arogundade, dijo que llegó a la iglesia justo después del ataque. "Fue más allá de lo que jamás imaginé. Un montón de cuerpos en la iglesia, cuerpos empapados de sangre", dijo al canal de televisión AIT.
El Papa Francisco y el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, fueron algunos de los que expresaron su horror el domingo.
En el suroeste de Nigeria vive la etnia yoruba, dividida a partes iguales entre musulmanes y cristianos. Las dos comunidades cohabitan pacíficamente.
Un residente de Owo dijo que algunos habitantes de la zona culpan de la masacre a los miembros del grupo étnico hausa-fulani, que son predominantemente musulmanes y viven sobre todo en el norte de Nigeria, con comunidades en otras regiones.
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