María Consuelo Hermosilla, la fundadora de Fundación Antonia y su arduo trabajo para apoyar a víctimas de violencia
Fundación Antonia es una iniciativa que trabaja para erradicar la violencia en relaciones informales de pareja, acompañando a víctimas en el proceso de desvinculación de sus agresores. Así también, promoviendo la desnaturalización de la violencia en la sociedad chilena. Nace en el año 2017, a partir de la lamentable muerte de Antonia Garros Hermosilla, el 7 de febrero del mismo año. María Consuelo Hermosilla, madre de Antonia, decide impulsar este proyecto con la clara intención de evitar que más mujeres y hombres pasen por una situación similar.
María Consuelo Hermosilla se convirtió en la directora y fundadora de Fundación Antonia. La perdida de su hija marcó un antes y un después en su vida, sin embargo, optó por ayudar a más personas que son y han sido víctimas de violencia tanto física como psicológica por parte de sus parejas.
Consuelo, como le dicen sus cercanos, es madre de dos hijas. Se caracteriza por ser una mujer multifacética, pues ella se define como “una persona que tiene muchas habilidades”, pero las manuales son su especialidad. Siempre tuvo trabajos que le permitieran estar con sus hijas. Se dedicó por un tiempo a la restauración de muebles y a una banquetería. Su tiempo libre le gusta ocuparlo confeccionando artesanía o disfraces a sus sobrinas nietas que según ella la “vuelven loca”, pero la hacen feliz.
Como a muchas personas, su vida no ha sido fácil, pero siempre ha tratado de enfrentarla con positividad. Actualmente vive con su hija menor Rosario y con su madre de 90 años, a quien debe cuidar debido a un infarto cerebral extenso que sufrió hace un tiempo. Así también, se hace cargo de Fundación Antonia.
Consuelo reconoce que en el fondo es bastante el trabajo, pero que ha logrado cumplir todas sus labores. “Me han salido las cosas de una forma súper natural, he tenido el tiempo para ir adaptándome a cada una de las cosas que hago, aunque a ratos puede ser abrumador, sobre todo con el tema de mi mamá, que no depende solamente de cuidado, sino que ya es de patología. Entonces no tiene que ver solamente con voluntades. Ella tiene toda la atención en los médicos, todo lo que necesita. Pero eso muchas veces no es suficiente porque ella tiene otras cosas. Entonces eso de repente abruma, pero se me pasa pronto”, relata entre risas.
Inicios de Fundación Antonia
Cinco años cumplió Fundación Antonia. Su directora comentó que “esto en un principio, partió tan chiquitito, pero el mismo año se agrandó y desde ahí para adelante ha sido eso. Hoy somos una fundación donde estamos constituidos con diferentes departamentos. Son más de cincuenta voluntarios. Entonces somos una fundación grande y que trabaja mucho”.
Para María Consuelo, la formación de Fundación Antonia ha sido una experiencia extraordinaria, pues el rol de esta corporación ha beneficiado a gran parte de la sociedad desde sus inicios. Sin embargo, el apoyo económico es escaso y para ella frustrante.
“Me siento muy conforme, muy realizada, aunque siempre hay cosas que te faltan. En el caso nuestro, la parte económica, ha sido complicado el tener que trabajar para conseguir el apoyo económico. Finalmente hacemos un trabajo que no es para nosotros, sino para para las demás personas. Este año estamos tratando de hacer todo para encontrar fondos en diferentes lugares, porque eso te frustra, la verdad que el tocar puertas, pedir cosas que tú sabes que no estás pidiendo para ti, el ver que existen los medios, pero que no se te facilitan, eso es frustrante. Pese a eso, es un trabajo muy satisfactorio. Cada vez que llega alguien acá y tú te das cuenta cómo van mejorando con sus terapias reparatorias. Eso es increíble”, expresó.
La fundación se encuentra ubicada en el centro de Concepción. Hace un tiempo también contaba con un equipo de psicólogos que atendían desde Santiago, ahora las atenciones se concentran en la ciudad penquista, no obstante, prestan sus servicios en modalidad online a personas de todo el país.
En ese contexto, la directora explicó que, “esa era una forma que no teníamos antes de atender. Antes del Covid-19 se atendía sólo de forma presencial. Había gente que venía desde Pucón, que viajaba desde otros lugares para atenderse. Igual todavía considero que logras más adherencia con las atenciones presenciales, pero uno se tiene que ir adaptando. Con la pandemia nosotros nunca dejamos de atender. Sin embargo, llegó mucha gente de lejos, por ejemplo, de Santiago donde tenemos muchas sobrevivientes, aunque más al norte, ciudades pequeñas y pueblos también. Entonces atendemos a todas las personas adecuando a su realidad”.
Si bien esta reconocida fundación atiende a todas las personas, según Consuelo, son más mujeres que piden apoyo. Y es que son pocos los hombres que se atreven a buscar ayuda, y para la directora de la fundación la respuesta es “el patriarcado. Ya que también les afecta a los hombres”.
“Todavía es raro y para la sociedad ver a un hombre pidiendo ayuda por sentirse violentado por una mujer. Si ocurre que las parejas de gay, los hombres de a poco están aceptando más que la violencia existe y ellos también piden ayuda”, agregó.
Pese a esto, los colaboradores que prestan sus servicios dentro de la fundación se esfuerzan día a día para romper esos estigmas.
Falta de apoyo por parte del Estado y el mundo privado
Consuelo y su equipo han trabajado arduamente para formar la fundación, sin embargo, hay una ausencia por parte del Estado y el mundo privado, entes que podrían colaborar el ámbito económico según cuenta Hermosilla.
En ese contexto, contó en conversación con Sabes.cl que se ha reunido con autoridades del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, pero no ha recibido el apoyo que necesita para potenciar la fundación.
“Todos tienen un discurso super bueno, un discurso en que por supuesto te reconocen el trabajo que haces. En el fondo esto funciona super bien. Pero si tú me dices resultado de esas reuniones...ninguno”, sostuvo Consuelo.
La fundadora de esta organización criticó al Gobierno y en particular al Ministerio de la Mujer por no conceder la ayuda financiera que muchas de este tipo de iniciativas necesitan para seguir colaborando a la comunidad.
“Deberíamos entender que las entidades del Estado debieran estar enlazadas con las entidades de la sociedad civil. Antes de la pandemia del Covid estaba esta pandemia de la violencia que no les gusta reconocer, ver y tampoco hablar de ella, pero en una realidad. Yo creo que es una radiografía de Estado de los pocos recursos que les dan a las mujeres”, expresó.
Agregando que, “es un ministerio que si tú le solicitas algo no tienen ni un recurso. Entonces ¿Dónde está la importancia de las mujeres dentro del Estado de Chile y dentro de las instituciones? Para hacer cosas tú necesitas recursos. Nosotros trabajamos porque yo tuve la suerte y tal vez la capacidad de reunir gente que todos tenemos la misma convicción y pensamos que esta es la forma de trabajar para poder tener una sociedad libre de violencia. Pero yo creo que somos una en muchas organizaciones que logra esto, pero no es fácil. Yo me paro frente a todo con la convicción de que lo que estamos haciendo es la forma correcta”.
Asimismo, manifestó que, “nosotros prevenimos desde las charlas y desde los talleres, así como nos hacemos cargo de los futuros o futuras víctimas. Pero si nosotros quisiéramos hacer algo más macro, no podemos porque no tenemos ni un peso”.
Próximas metas para Fundación Antonia
Desde el 2017 Consuelo ha luchado por adquirir una casa o un terreno para construir un centro de atención integral y de acogida para víctimas de violencia. Incluso la Universidad del Desarrollo de Concepción colaboró con la fundación en el diseño del centro, pero el Gobierno y las instituciones privadas no han colaborado de la forma que ella espera, considerando que la fundación es sin fines de lucro y reciben aportes monetarios voluntarios.
Para ella es falta de interés. “Todos son super apoyadores, pero es como que te hagan barra ¿De qué sirve? Se deben realizar cambios desde la base, cambios que hay que hacer pronto para ver avances. Mi prioridad de hoy es saber dónde voy a funcionar, necesito tener un lugar para acoger a víctimas y no reunir dinero para que pueda pasar una noche en un hostal o una pensión”.
Es por eso que pide con urgencia fondos para poder trabajar con todas las personas que lo necesitan. Aunque aseguró que no descansará hasta conseguir lo que Fundación Antonia requiere para poder seguir prestando ayuda a todas las personas a lo largo del país.
¿Cómo ayudar a las víctimas de violencia?
La líder de la organización explicó que lo primero que se debe hacer es entender cómo funciona la mente de una persona que sufre de violencia. Y es que, según Consuelo, las personas sienten muchas emociones, primero “la vergüenza, una de las emociones más fuerte. Te da mucha vergüenza. La violencia provoca básicamente cuatro emociones que comandan: la vergüenza, el miedo, la culpa y la compasión”, explicó
“Esta última va directamente de la mano de la manipulación que ejerce esta otra persona, agresor o agresora contra la víctima. Es un trabajo de hormiga. Son cazadores o cazadoras, pues se fijan muy bien en las características de las personas para poder carcomer desde lo más profundo de tu ser y por eso que te dañan la autoestima. Y una vez que ya no tienes la autoestima bien es super fácil poder manipular”, describió.
De acuerdo con lo anterior, Consuelo explicó que las mujeres se demoran entre 7 a 10 años en pedir ayuda y la situación se agrava cuando no son relaciones formales.
“Terminas un pololeo, por ejemplo, y suponiendo que un hombre es el agresor, este hombre va a volver a pololear y alomejor hasta muy adelante la mujer no va a lograr pedir ayuda porque son relaciones pasajeras, pero sí podemos sacar la cuenta en las mujeres que tienen relaciones establecidas. Les da mucha vergüenza y miedo. Si cuando vas a un Cesfam por una crisis nerviosa y resulta que tu crisis nerviosa tiene un origen que es una mala relación. Si tú cuentas esto tienes la probabilidad -y eso es lo que siente una víctima- que el otro personaje sepa y si se entera, ella sabe que va a venir un castigo”, detalló
Añadiendo que la mujer muchas veces siente culpa, porque, “como ha sido manipulada durante tanto tiempo tienes en tu cabeza que tú tienes responsabilidad el trato que te dan, porque también esto es típico en los agresores poder agredirte, el decirte ‘mira como haces que me ponga’ o ‘mira lo que hiciste que te hiciera’. Entonces, aparte de agredirte, te entregan la responsabilidad y eso cuando tú tienes una baja autoestima, cuando se te enfermo tu voluntad…estás liquidada”.
Con su cruda realidad, su experiencia y estudios en esta temática, María Consuelo ha logrado detectar muy bien la violencia en el pololeo. En ese sentido, explicó los patrones que identifican a un agresor o agresora.
“Esto tiene que ver con conductas aprendidas y elegidas. Los agresores toman la decisión de agredir. Ellos deciden, porque no alcanza a ser el 3% de los agresores que tienen una patología psiquiátrica. El otro 90% elige esto, o sea, yo elijo humillarte; denostart; controlarte; invisibilizarte y elijo golpearte. Esto es una decisión con sus cinco sentidos”, contó.
“Generalmente cuando nosotros sabemos de femicidios, tendemos a decir ‘esta persona tiene que ser un enfermo’ y cuando le damos la categoría de enfermo le quitas responsabilidad. Pero porque a uno no le cabe en la cabeza que un personaje haga algo del nivel que hacen ellos y necesitas tu categorizarlo y al hacer eso le quitas responsabilidad”, detalló.
En esa línea, también consideró que se debe educar y trabajar con las policías para poder actuar bajo los protocolos correspondientes ante un evento de violencia.
Bajo ese contexto realizó un profundo llamado a las víctimas de violencia. “La violencia no tiene que darles vergüenza, le tiene que dar vergüenza al agresor. Pedirle disculpas porque tenemos una sociedad que no es muy cariñosa, que es muy juzgadora, pero que en la medida en que vamos dando pequeños pasos, vamos a poder ir avanzando. Pedirles a las personas que escuchen a las víctimas que sufren de violencia. Seamos cariñosos, más empáticos y menos indiferentes”.
“Las personas que estén sufriendo yo les quiero decir que de esto se sale, yo no les puedo asegurar cuánto se van a demorar, puede costar mucho o poco, pero de esto se sale”, cerró.
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