Condenan a dos ex oficiales de la Armada por torturas a trabajador en Base Naval de Talcahuano
La ministra en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Concepción, Yolanda Méndez condenó a dos exoficiales de la Armada por su responsabilidad en el delito consumado y reiterado de aplicación de tormentos al trabajador portuario Raúl Enrique Ramón Carvallo Barro.
El delito fue cometido a partir del 24 de octubre de 1973, en dependencias del fuerte Borgoño, ubicado al interior de la Base Naval de Talcahuano.
La ministra condenó en calidad de coautores del delito a José Raúl Cáceres González y Julio Humberto Salvador Alarcón Saavedra a la pena de cuatro años de presidio, con el beneficio de la libertad vigilada intensiva por igual lapso; accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de las condenas, más el pago de las costas de la causa.
Según lo establece la investigación judicial, en la madrugada del 23 de octubre de 1973, Raúl Carvallo Barro, trabajador de la Empresa Portuaria de Chile (Emporchi) fue detenido en su casa habitación ubicada en la comuna de Talcahuano.
En esa oportunidad irrumpieron en forma violenta en su vivienda, que compartía junto a su grupo familiar integrado por su cónyuge y sus dos hijos de 5 años y de 2 años, un grupo de infantes de marina, funcionarios de la Armada de Chile, y tras ordenarle que se vistiera, es detenido sin que existiera orden judicial o administrativa competente.
Lo trasladan a fuerza de golpes y malos tratos en una camioneta hasta el recinto conocido como Fuerte Borgoño, ubicado en el sector Las Canchas de esa comuna y perteneciente a la Armada. El lugar era el asentamiento de la unidad de infantería de marina y estaba siendo utilizado como centro de detención y tortura de prisioneros políticos.
En ese recinto de torturas, Raúl Carvallo siguió recibiendo tormentos y tratos inhumanos y degradantes por parte de un grupo especializado de agentes dedicados a esa función. Las sesiones de tortura, llamadas interrogatorios, eran dirigidas por un individuo identificado como teniente Alarcón (grado que ostentaba en aquella época) y al que sus iguales apodaban "El Zorro". En sucesivas sesiones de tortura a que fue sometido el prisionero participó activamente otro individuo conocido como teniente Cáceres (grado de la época).
Los tormentos, que incluían aplicación de corriente eléctrica, continuaron hasta que otro prisionero, también desfigurado por los golpes y malos tratos, fue llevado a la sala se torturas para carearlo, señalando éste último que Carvallo era su jefe en Emporchi y que no tenía armas. Acto seguido, se ensañaron a golpes con el testigo, quebrándole dos costillas por mentirles.
Luego de estos episodios, el prisionero Carvallo fue trasladado al centro de detenidos instalado en el Gimnasio de la Base Naval, lugar donde había centenas de personas prisioneras, y una semana más tarde fue llevado junto a un numeroso grupo de personas detenidas hasta la Isla Quiriquina, dependencia militar de la Armada de Chile en donde operaba un campo de prisioneros y que eran obligados a realizar trabajos forzados.
Finalmente, Raúl Carvallo fue dejado en libertad en febrero de 1974, entregándole un certificado que indicaba que había estado detenido transitoriamente en la Base Naval de Talcahuano desde el 23 de octubre de 1973 al 13 de febrero de 1974 y que no existen cargos en su contra para ser sometido a proceso.