Uno de los rivales más poderosos del "Chino" Ríos lo perdió todo en Europa
El excampeón de tenis alemán Boris Becker, uno de los rivales más poderosos del "Chino" Ríos en el circuito, lo perdió todo en Europa y fue condenado a dos años y seis meses de cárcel por un tribunal londinense por ocultar cientos de miles de libras esterlinas de activos tras ser declarado en quiebra. Becker fue condenado a principios de este mes por cuatro cargos en virtud de la Ley de Insolvencia británica, entre ellos no revelar, ocultar y eliminar activos importantes tras un juicio por quiebra.
El seis veces campeón del Grand Slam, de 54 años, fue declarado culpable de transferir dinero a su exesposa Bárbara y a su esposa Sharlely, de la que está separado, tras su bancarrota en 2017. "Es notable que no haya mostrado remordimiento o aceptación de culpa", le dijo la jueza Deborah Taylor al sentenciarlo en el Tribunal de la Corona de Southwark, en Londres.
"Aunque reconozco la humillación que ha sentido como resultado de estos procedimientos, no ha mostrado ninguna humildad", agregó.
Becker cumplirá la mitad de su condena entre rejas y el resto con licencia. Becker, cuya pareja, Lillian, y su hijo, Noah, estaban presentes en el tribunal, miró al frente y no mostró ninguna emoción mientras se dictaba la sentencia.
Antes fue condenado por evasión de impuestos en Alemania en 2002, por lo que recibió una pena de prisión suspendida.
Detalles del juicio
En el juicio se escucharon detalles de la carrera de Becker y de cómo el exnúmero uno del mundo, que ganó tres veces Wimbledon, perdió su fortuna tras su retiro.
El jurado escuchó cómo afirmó desconocer el paradero de algunos de sus trofeos, cómo pidió un préstamo con altos intereses a uno de los empresarios más ricos de Gran Bretaña y cómo intentó evitar la bancarrota alegando tener protección diplomática de la República Centroafricana.
El abogado de Becker, Jonathan Laidlaw, había declarado ante el tribunal que el tenista se había quedado "literalmente sin nada que mostrar de lo que fue la más brillante de las carreras deportivas".
Cuando Becker ganó su primera final de Wimbledon en 1985, con 17 años, fue el más joven y el primer jugador no sembrado en conseguir el título individual masculino. Después, ganó otros dos títulos del mismo torneo.
Becker llevaba una corbata con los colores púrpura y verde del torneo de Wimbledon cuando compareció ante el tribunal el viernes.
La fiscal Rebecca Chalkley acusó a Becker de "usar el sistema con mala fe" ocultando y transfiriendo activos, y de haber privado a los acreedores de más de 2 millones de libras (2,51 millones de dólares) en activos, ninguno de los cuales había sido devuelto hasta ahora. "Cuando le convenía, declaraba todo; cuando no, no", dijo mientras instaba a la jueza a dictar una sentencia de prisión.
El excampeón de tenis fue declarado en quiebra en relación con una deuda con los banqueros privados Arbuthnot Latham & Co, y según los términos de la orden de quiebra, estaba obligado a hacer una declaración completa de los activos.
Fue declarado culpable de no declarar una propiedad en Alemania, de ocultar un préstamo bancario de 825.000 euros (870.127 dólares) y acciones de una empresa tecnológica canadiense.
Becker había negado todos los cargos, afirmando que había cooperado con el procedimiento de quiebra -incluso ofreciendo su anillo de boda- y que había confiado en sus asesores. Becker fue absuelto en el juicio de otros 20 cargos, entre ellos el de no haber entregado otros bienes, como dos trofeos de Wimbledon y una medalla de oro olímpica.
"Su reputación, una parte esencial de la marca que le da trabajo, está hecha añicos", dijo Laidlaw. "Su caída no es simplemente una caída en desgracia, equivale a la más pública de las humillaciones".