Experto penquista de la UdeC explica las repercusiones de las ventas de parcelas de agrado en Chile
Actualmente la sequía que vive el país afecta fuertemente a los ecosistemas de la zona central de Chile, lo que ha llevado a la baja en la productividad y como consecuencia a la venta de parcelas de agrado que resultan de la subdivisión de propiedades de mayor extensión y tiene un alto valor comercial, pero impactos muy negativos. En este sentido, el Dr. Eduardo Peña, jefe de carrera de Ingeniería en Conservación de Recursos Naturales de la Universidad de Concepción, explica con profundidad el negocio que generan los suelos producto de esta realidad.
Según Peña, "la tragedia de los suelos de Chile" ha tenido una evolución que partió de "una visión donde la vegetación eran un impedimento para el desarrollo a la producción forestal y ahora a las parcelas de agrado", explicó.
El doctor indica que, "inicialmente había que despejar terrenos para uso agrícola y ganadero, lo que con el paso de los años generó daño severo por erosión. El resultado fue desvalorización y abandono de tierras, lo cual las llevó hacia la actividad forestal, revalorizando nuevamente estos terrenos degradados".
Aunque ahora con la gran sequía que afecta al país, especialmente en las zonas rurales, donde deben racionar el agua, tal como la localidad de Rere de la comuna de Yumbel que ya vive esta situación. También, "está llevando a la venta de estos terrenos como parcelas de agrado, las cuales tienen un alto valor comercial, pero su uso como tal tiene impactos muy negativos", comentó el especialista.
El académico señala que, "sin duda que el habilitar suelos para uso silvoagropecuario fue una necesidad para abastecer las necesidades de nuestra sociedad y sostener una economía agrícola, pero en este proceso, se utilizaron suelos en zonas con relieve accidentado para realizar la agricultura denominada de secano", que es un cultivo que utiliza el agua de las lluvias y se realiza en otoño.
Sin embargo, "después de décadas y décadas de su aplicación los suelos sufrieron erosión muy severa (pérdida de hasta 1m de suelo y generación de cárcavas que podían superar los 10 m de profundidad), perdiendo su productividad", detalló el investigador.
Luego, en los años 70, fue muy bien visto el subsidio forestal del Decreto Ley 701 que le daba las herramientas para tener producción de madera y por lo mismo, el suelo se valorizó nuevamente permitiendo que mejorara su rentabilidad. Pero la sequía nuevamente derrumbó este negocio y apareció la venta de parcela de agrado.
El doctor Peña reveló que la parcelación es "un muy buen negocio para las tierras de baja productividad en zonas de cerros y quebradas que ya tienen un fuerte déficit hídrico o en aquellas zonas donde el bosque nativo tiene bajo crecimiento y productividad o porque las regulaciones que existen limitan su intervención productiva como es en el sur de Chile".
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Pese a lo anterior, el doctor en Ciencias Forestales agregó que,"el impacto negativo de la sequía se verifica al comprobar que en muchas de estas parcelas los pozos que se realizan tienen profundidades mayores a 30 m y tan profundos como 70 a 80 m, lo cual tendrá impacto severo sobre la napa freática y por ende en la vegetación y todos los servicios ecosistémicos asociadas a ella".
Impactos negativos de las parcelas de agrado
Eduardo Peña sostiene una serie de impactos negativos que traen la venta de las parcelas de agrado al ecosistema.
En primer lugar es "la presencia de viviendas y mascotas en el área rural afectan negativamente la vida de la fauna, en aspecto tan simples como es la búsqueda de alimentos o desplazamiento por los distintos lugares u otros tan graves como la depredación directa por parte de las mascotas", detalló.
Asimismo, "la demanda de agua para mantener piscinas, prados y huertas, incluyendo el impacto derivado de aguas servidas y desechos asociados a la presencia humana". Por otro lado, existe un tercer factor negativo que no ha sido observado con claridad, se trata de "la presencia de viviendas en el área rural como factor al problema de incendios".
Sabemos que una parcela propiamente tal ya es un un punto de riesgo que puede generar graves siniestros, pero hay "otro elemento no considerado, es que después de un tiempo muchas de ellas se dejan de utilizar con frecuencia ya sea por las limitaciones de agua o porque la familia creció y ya no se visita tanto, de esta forma se genera acumulación de combustible que aumenta la amenaza de incendio", aclaró el jefe de carrera.
Es por eso que dado el gran impacto de las parcelas de agrado en el país, Peña sostiene que se "deberán establecer regulaciones con respecto a las parcelaciones, en especial porque generan demandas por servicios de todo tipo, entre ellos de abastecerlas de agua que es un hecho ya obligatorio para muchos municipios".
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